Santa Rosa de Lima, fallecida en la capital de Perú que le dio nombre, apenas contaba con 31 años de edad cuando murió en 1617. El film de José María Elorrieta que encumbró a María Mahor relata la vida de esta joven, hija de Gaspar Flores, arcabucero español al servicio del rey Felipe III, y de María de Oliva, que se convertiría en patrona principal del Nuevo Mundo, Filipinas e Indias Occidentales en 1670.
A Isabel, conocida por todos como Rosa por la dulzura de sus facciones y sus actos, la han comprometido en matrimonio con Jesús, pero ella que ha hecho voto de virginidad vierte sus esfuerzos y atenciones en los más necesitados. Finalmente ingresa como Terciaria en la orden de Santo Domingo de Guzmán para poder entregarse por completo a los demás. Sus asombrosos actos de mortificación, penitencia y caridad, sus dulces coloquios en el eremitorio, las sencillas revelaciones de Jesús en los milagros de amor que Él vierte a través de ella, chocan con las dudas y envidias de los que la tratan de autodestructiva y visionaria mentalmente inestable. Pero además provocan que surja el amor de don Carlos, sobrino del Contador del Rey