Karol Wojtyla —más tarde papa Juan Pablo II—, la figura más representativa del renacimiento filosófico-teológico polaco de la posguerra, nos ofrece en este libro el primer jalón —las primicias— de su trayectoria de pensador, medularmente centrada en la comprensión y en la explicación del hombre cristiano.
Traducción del texto original (Doctrina de fide apud S. Ioannem a Cruce) e introducción de Álvaro Huerga.
En estos once grandes mensajes, cuyo contenido podríamos resumir en siete conceptos –justicia social, libertad, responsabilidad ante el bien común, democracia, participación, solidaridad y humanismo integral–, hallará el lector la sustancia completa del magisterio pontificio y conciliar en materia económico-social. Y encontrará también pistas que conducen a la consecución de una sociedad con mayor y mejor reparto del bienestar, donde las personas se sientan protagonistas responsables de su destino individual y colectivo y acojan gozosamente, sin que se lo impidan las trabas exteriores de las injusticias, el mensaje de salvación del Evangelio de Cristo.
CONTIENE: Rerum novarum - Quadragesimo anno - Mater et magistra - Pacem in terris - Ecclesiam suam - Populorum progressio - Laborem exercens - Sollicitudo rei socialis - Centesimus annus - Gaudium et spes - Octogesima adveniens
Edición oficial promovida por la Conferencia Episcopal Española. Presentación, por el Card. Ángel Suquía Goicoechea. Introducción general, por Mons. Ricardo Blázquez.
El Concilio Ecuménico Vaticano II, convocado por Juan XXIII, constituye, como dijo Pablo VI al con-cluirlo, « uno de los mayores acontecimientos de la Iglesia» y, por ello, resulta una referencia clave en nuestro tiempo para todos los católicos y para otros muchos cristianos, creyentes y personas de buena voluntad.
Desde el mismo mes de clausura de este Concilio Ecuménico, la BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS, ha venido publicando ininterrumpidamente, en sucesivas ediciones, los textos de las Constituciones, Decretos y Declaraciones aprobados en él, junto con otros del mismo ámbito conciliar.
Acercarse a las «Confesiones» de San Agustín y sintonizar con su mensaje no ha sido nunca, y menos ahora, un ejercicio de pura erudición consistente en buscar el futuro en el pasado, sino la constatación obligada y contagiosa de la inquietud radical del hombre en la búsqueda de la verdad, de la felicidad, de Dios. Por eso las «Confesiones» agustinianas, uno de los grandes «best-seller» de todos los tiempos, no han perdido nada de su frescor y espontaneidad originarios.
Hoy como ayer sigue teniendo vigencia universal el valor de la experiencia íntima de Dios, de ese Dios que anda por nuestra vida y que es la clave interpretativa del misterio biológico y espiritual del hombre. La trayectoria agustiniana sigue marcando hitos concretos que continúan siendo válidos en nuestra era de la posmodernidad como respuesta a las preguntas radicales de la existencia humana y como encuentro, siempre antiguo y siempre nuevo, con el Padre que Jesucristo nos ha revelado.