El primer escritor latino de la Iglesia aparece en las Galias (principios del s. IV) y es san Hilario de Poitiers. Pertenece a una de las familias más ricas de la ciudad ansiosas todas de cultura y, más aún, de comodidad. Su ideal es “ser rico y no hacer nada”, según nos dice él mismo. Hasta que la lectura de san Juan le revela el misterio de que “Dios es Padre revelado en su Verbo hecho carne”. Hacia el año 350 es nombrado obispo de su ciudad y lucha valientemente contra el arrianismo con la predicación y la pluma siendo desterrado por el emperador Constancio. Vuelto del destierro, ya con más paz, medita y enseña la Escritura. Muere el año 367. A san Hilario, difícilmente se le descubre, pero quienes lo logran, no le abandonan más. Eso pretende este Diccionario.