En la época actual, muchas personas tienen una meta prioritaria en su vida: «realizarse». Algunas lo entienden como «autorrealizarse». Esta interesante cuestión plantea dos interrogantes: ¿cómo distinguir entre verdadera y falsa realización personal?, ¿cuáles son los ámbitos en los que una persona puede realizarse?
El autor sostiene que el principal ámbito de realización personal es la familia que es el lugar donde existe la atmósfera que la persona necesita para respirar, caracterizada por el amor sin condiciones, que hace que cada persona se sienta querida por sí misma, y no por lo que hace o por lo que tiene.
El autor considera que el proceso de mejora personal no se refiere únicamente a los hijos; debe afectar a todos los miembros de la familia. Igualmente, la ayuda educativa no corresponde sólo a los padres. Existen segundos responsables de la educación familiar: los hijos mayores, los abuelos y otros miembros de la familia extensa.
En el libro, se dan pautas concretas a los padres para la educación de la amistad, de la voluntad, de la afectividad, del trabajo intelectual y del tiempo libre de sus hijos. También se les proporcionan las claves para que la educación familiar sea una auténtica preparación para la vida.