Además de una psicología «profunda» existe también una psicología «elevada». Esta última es la que nos quiere presentar Frankl en esta obra: la que incluye en su campo de visión la voluntad de sentido.
Cada época tiene sus neurosis y cada tiempo necesita su psicoterapia. Hoy nos enfrentamos con una frustración existencial cargada de una falta de sentido y de un gran sentimiento de vacío. La sociedad de la opulencia sólo satisface necesidades, pero no la voluntad de sentido. La tendencia radical del hombre busca el sentido de la vida y pretende llenarlo de contenido.
Este breve volumen ofrece al lector un contenido de denso y, al propio tiempo, resplandeciente humanismo, copiosamente documentado, con juicios críticos tan considerados, que merece una atenta lectura.
Frankl es hoy, en el campo de la psicología, uno de los autores más leídos y estudiados, más allá de los círculos estrictamente profesionales o especializados. Las ediciones de sus libros se suceden continuamente. Es conocido como el padre de la logoterapia (la tercera escuela vienesa de psicoterapia) y su fama es justificada tanto por la sabiduría de su método como por el optimismo vital que acierta a comunicar.
El hombre no sólo se halla dominado por una impulsividad inconsciente, como pretende Freud, sino que también hay en él lo que el autor llama una espiritualidad inconsciente. A partir del modelo de la conciencia y de la interpretación de los sueños, enriquecido con ejemplos de su práctica clínica, Frankl logra persuadir al lector, por medios empíricos, de que hay inconsciente en el hombre una religiosidad que implica en él lo que llama «la presencia ignorada de Dios».
El doctor Frankl, psiquiatra y escritor, suele preguntar a sus pacientes aquejados de múltiples padecimientos: «¿Por qué no se suicida usted?» Y muchas veces, de las respuestas extrae una orientación para la psicoterapia a aplicar: a éste, lo que le ata a la vida son los hijos; al otro, un talento, una habilidad sin explotar; a un tercero, quizás, sólo unos cuantos recuerdos que merece la pena rescatar del olvido. Tejer estas tenues hebras de vidas rotas en una urdimbre firme, coherente, significativa y responsable es el objeto con que se enfrenta la logoterapia.
En esta obra, Viktor E. Frankl explica la experiencia que le llevó al descubrimiento de la logoterapia. Prisionero, durante mucho tiempo, en los desalmados campos de concentración, él mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda. ¿Cómo pudo él que todo lo había perdido, que había visto destruir todo lo que valía la pena, que padeció hambre, frío, brutalidades sin fin, que tantas veces estuvo a punto del exterminio, cómo pudo aceptar que la vida fuera digna de vivirla? El psiquiatra que personalmente ha tenido que enfrentarse a tales rigores merece que se le escuche, pues nadie como él para juzgar nuestra condición humana sabia y compasivamente. Las palabras del doctor Frankl alcanzan un temple sorprendentemente esperanzador sobre la capacidad humana de trascender sus dificultades y descubrir la verdad conveniente y orientadora.
La idea psicológica del hombre, de Viktor Frankl, vio cinco ediciones en castellano, y es una aportación insuperable para entender las relaciones entre psicoterapia y antropología.
Viktor E. Frankl nació en 1905 en Viena. En 1930 se doctoró en Medicina y se especializó en Neurología y Psiquiatría. En 1949 se doctora en Filosofía. Por su condición de judío vivió la amarga experiencia de los campos de concentración nazis, experiencia que, sin embargo, le llevó a reafirmar su fe en la vida humana. Terminada la guerra reanudó su actividad médica en Viena y muy pronto su fama se extendió por el mundo entero. Falleció en su ciudad natal en 1997. En su juventud tuvo relación con la escuela psicoanalítica, pero muy pronto abandonó sus postulados y se orientó hacia la Psicología individual. Construyó una teoría con serios fundamentos filosóficos, en la que concibe al hombre como ser libre y responsable, que necesita trascenderse, encontrar un sentido a la vida mediante el amor. Fruto de esa concepción del hombre es su método denominado logoterapia (curación por la palabra), que trata de conducir al paciente a la verdad del existir y a los valores objetivos, a encontrar el auténtico sentido de su vida.
En esta obra el autor presenta una teoría de las neurosis que por razones de sistema se distinguen en somatógenas, psicógenas, sociógenas y noógenas. En realidad sólo se dan casos mixtos. Pero en último término todas provienen de una profunda falta de sentido. La logoterapia apunta directamente a esta raíz del mal.