No es una biografía. Tampoco un estudio sintético sobre la espiritualidad de Juan XXIII. Son simples recuerdos de unos días de privilegiado contacto con el entonces cardenal Roncalli, en su viaje por España (1954) y más tarde en Venecia. Florecillas con el inconfundible aroma espiritual, y hasta humorístico, de quien, tras cambiar de nombre y vestidura, decía a un asustado visitante veneciano: «Soy yo, el de siempre». El autor completa su relato, fresco y vivo, con una zambullida en el Diario del alma, publicado en 1964, que nos muestra las hondas raíces de lo que un día pareció espontaneidad improvisada.
José Ignacio Tellechea Idígoras nació en San Sebastián en 1928. Cursó sus estudios eclesiásticos en el Seminario de Vitoria (1940-1951), ampliándolos después en la Universidad Gregoriana de Roma, donde obtuvo el doctorado en Teología y la licenciatura en Historia eclesiástica, así como la de Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid. Es autor de diversas obras.