En toda adolescencia se da una voluntad de derribar, de desmontar los ideales de la infancia. Este proceso violento implica un doble sufrimiento: el del adolescente que debe hacer el duelo de las certezas infantiles, y el de sus padres que sienten una especie de pérdida de su hijo, en el alejamiento definitivo que él debe imponer para acceder a la edad adulta. Esta obra intenta testimoniar y demostrar que ese doble sufrimiento, ese doble duelo no deben destruir el vínculo padres/hijo, que se ven sometidos a una prueba tan fuerte durante este período.
"Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia" (Jn 10,10). Esta actitud de Jesús debe ser la que inspire el trabajo pastoral y el acercamiento cristiano a los enfermos. Para Jesús, el sufrimiento es un mal ante el que hay que adoptar una postura liberadora, curadora, sanadora. De hecho, toda la vida de Jesús fue una lucha para arrancar al hombre del sufrimiento, la enfermedad, la muerte, el hambre, la tristeza, la desesperación.
Todo el encanto que las vidas de santos han ejercido y siguen ejerciendo en nuestros pequeños lo ponemos ahora a disposición de padres, familiares y educadores para no perder este eficaz instrumento de catequesis infantil. He aquí, pues, unos relatos biográficos con textos muy medidos, pero con desmedidas ilustraciones a todo color. Unos libros preciosos, donde todo huele a chico: sus tapas coloristas, pero duras, para que duren. La lista de títulos que crece como crecen ellos. Y sobre todo, su precio, tan enano como sus lectores
He aquí una breve antología de la enseñanza de Juan Pablo II sobre el amor humano impartida en las catequesis de los miércoles. De cada texto, pese a su brevedad, emerge una extrema profundidad teológico-antropológica y pastoral.
Primer Diccionario español sobre este tema. Mons. Amigo, Presidente de la CEM, asegura en su presentación que “ayudará a clarificar conceptos, precisar definiciones y señalar los puntos de partida y horizontes de la misión ad gentes”. Y se felicita por él ya que que “la animación misionera es clave en toda pastoral diocesana”.
Los divorciados vueltos a casar no solamente deben ser objeto de estudio .también ellos pueden ser sujeto de reflexión y de acción pastoral. Este papel activo dentro de la iglesia está en el pensamiento de Juan Pablo cuando escribe en la “familiares consortio” que los divorciados vueltos a casar “no se consideren separados de la iglesia, pudiendo y aun debiendo, en cuanto bautizados, participar en su vida”.