«Dos deseos bastante cercanos, como dos alas invisibles, elevan el alma humana por encima del resto de la naturaleza: el deseo de la inmortalidad y el de la justicia» (Soloviev)
Presentación, traducción y notas de Fernando Simón Yarza.
«Las Meditaciones que aquí presento de na selección de los salmos 52 a 150 son pensamientos de un laico, de un cristiano creyente en la Revelación y de un filósofo creyente en la razón; pensamientos que no reivindican competencia alguna y que no aspiran a convencer a nadie, aunque a mí me fueron de ayuda en la apropiación orante de los salmos. Entran en ellos pensamientos de intérpretes anteriores, la tradición de la apropiación cristiana, así como lo que viene a denominarse "estado de la ciencia" En este "meditar día y noche" (salmo 1), uno se encuentra con personas que piensan de modo similar o que, sobre la base de su modo de pensar, están dispuestos, por su parte, a apropiarse de este punto de vista. Lo cual significa que, en realidad, he escrito para mí mismo» [De la Introducción]
Robert Spaemann (Berlín, 1927) es uno de los grandes filósofos alemanes de nuestro tiempo. Estudió Filosofía, Ro­manística, Historia y Teología en Müns­ter, Múnich, París y Friburgo (Suiza). Ha sido profesor en las universidades de Stuttgart, Heidelberg y Múnich, y es doctor honoris causa por las universida­des de Navarra, Friburgo, Santiago de Chile y Catholic University of America (Washington). Es miembro, entre otras instituciones, de la Pontificia Academia para la Vida. Autor de obras traducidas a varios idiomas, entre ellas destacan Feli­cidad y benevolencia (1991) y Personas (2000). Recientemente, han sido tradu­cidos al español sus libros: El rumor in­mortal: la cuestión sobre Dios y la ilusión de la Modernidad (2010); Rousseau: ciu­dadano sin patria (2013), y Sobre Dios y el mundo: una autobiografía dialogada (2014).
Reflexiones con una sola intención: iniciar al lector en el trato confiado con Dios, De una manera amable el lector tomará conciencia de las cosas importantes que pasan desapercibidas en el día a día de la mano del alegre diseño del libro.
Estas páginas son un chorro de aire fresco. De una manera amable nos invitan a pensar en esas cosas importante que pasan desapercibidas en nuestro día a día y, al hacerlo, sentimos como si sacáramos la cabeza fuera del agua y pudiéramos respirar aire puro.
Son reflexiones pegadas a la tierra y oración mirando al cielo, historias palpitantes de vida que nos abren los ojos a la acción de Dios en la existencia. Nos devuelven el sentido de lo que nos apasiona y lo que nos hace sufrir, de lo que nos gusta y lo que nos inquieta, de lo que nos hace tirar para adelante y lo que parece que solo nos frena.
Es el relato de una vida pensada con profundidad desde un buen conocimiento de la teología, la filosofía y la literatura; pero, sobre todo, de la vida misma.
José Brage Tuñón es sacerdote desde el 2008, doctor en Filosofía, oficial del Cuerpo General de la Armada, especialista en Armas Submarinas y Buceador de Combate. Actualmente es capellán del Colegio Mayor Universitario Alcor (Madrid), de Alegra British School, y colabora con diversas actividades de pastoral familiar. Es autor del libro "El equilibrio interior. Placer y deseo a la luz de la templanza" (2016).
El peregrino y visitante que va a Asís encuentra en cada lugar franciscano un sentido, una evocación y un mensaje... Si Francisco sigue hablando, sus lugares siguen evocando presencias y mensajes. En ninguna ciudad del mundo, si exceptuamos Jerusalén, se ha logrado tanta identificación entre una persona y su ciudad como ha sucedido con Francisco y Asís
Pido a los obispos y arzobispos que me indulgencien estas jaculatorias: «De un mal cuarto de hora, ¡líbrame Señor!»; «De la desconfianza después de un mal cuarto de hora, ¡líbrame Señor!»
Edición preparada por Francisco Javier Sotil y Ezechiele Pasotti.
Prólogo por Ricardo Blázquez Pérez, Cardenal-Arzobispo de Valladolid, Presidente de la CEE.
«Cincuenta años sin parar un instante, de viajes, de escrutinios, de visitas a tantas comunidades en Madrid, Zamora, Barcelona, París, Roma, Florencia, Ivrea... Escuchando y escuchando a cada hermano sobre su vida, sus sufrimientos y su historia, iluminándola a la luz de la fe, de la cruz gloriosa de Nuestro Señor Jesús. Pienso que tenéis derecho a conocer el corazón de Carmen, su inmenso amor a Jesucristo. Decía constantemente: "Jesús mío, te amo, te amo. Ven, ven, ayúdarne"» (Kiko Argüello).