Anotaciones de un converso está escrito con la fuerza de la autenticidad de un hombre que, a pocos meses de su muerte, se confiesa y abre su corazón para transmitir la alegría de su re-encuentro con Dios. Y lo hace desde lo más hondo: Al escribir los hechos que abrieron mi camino hasta descubrir de nuevo la luz de Dios, los he revivido hondamente, y he sentido la necesidad de reflexionar, de parar un instante, y dejar mi alma ante la amorosa mirada de Dios.
Al narrar el proceso de su regreso a Cristo, y el gozo de descubrir a Quien es “Camino, Verdad, y Vida”, su alma dice agradecido: Gracias, Señor, porque has llenado de luz mi vida; has convertido mi oscuridad con el resplandor de la Verdad.
Al final de su vida, cansado de tanta quimioterapia, encontrará el gozo de gritar:Ven, Señor, Jesús.