El viaje apostólico de Benedicto XVI al Reino Unido, del 16 al 19 de septiembre de 2010, fue un éxito, una gracia, un acontecimiento histórico repleto de escenas y discursos memorables, repleto, en suma, de esperanza. Su clave estuvo en su lenguaje sabio y sencillo, en sus hechos y en sus dichos, de corazón a corazón. Por todo ello, esta visita fue un viaje apasionante, un viaje misionero para transmitir la pasión por la verdad y la pasión por Dios, cuyo último gran acto fue la beatificación del cardenal John Henry Newman.