En la Santa Eucaristía es donde mejor y con mayor plenitud conocemos el amor que Dios nos tiene. La Santa Eucaristía desvela la verdad sobre el amor de Dios por nosotros, y alimenta, dentro de nosotros, la libertad de amar como Dios ama. Si hemos perdido el sentido de reverencia y profunda gratitud ante el Sacrificio Eucarístico y la Presencia Real de Nuestro Señor Jesucristo en la Hostia consagrada, entonces no reconocemos la verdad que se halla ante nuestros ojos.
Verdaderamente, la Belleza ha de salvar al mundo, y en ningún otro campo esto está tan claro como en el campo litúrgico. Por mi parte, sobre todo en calidad de Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, agradezco de corazón y con afecto fraterno al cardenal Burke por esta hermosísima contribución al debate más delicado e importante de nuestros días. A todos, les deseo una lectura fructuosa de este precioso libro ofrecido a la Iglesia, que sitúa a la Eucaristía como fuente y culmen de la vida cristiana. «Aquí está», dijo San Juan Pablo II, «el tesoro de la Iglesia, el corazón del mundo, la prenda del fin al que todo hombre, aunque sea inconscientemente, aspira». No diré más sobre el libro, para dejar al lector que descubra todas sus virtudes, leyéndolo con calma y meditando sobre su contenido.
Cardenal Robert Sarah
Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Cardenal Raymond Leo Burke (Richland Center, Wisconsin, 1948)
Tras estudiar en Washington y después en Roma, fue ordenado sacerdote por San Pablo VI en 1975 en la Basílica de San Pedro. Volvió a Wisconsin para ser rector asociado de la Catedral de San José Obrero. En 1980 regresó a la Ciudad Eterna donde obtuvo un doctorado en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana. En 1994 fue nombrado obispo de La Crosse, Wisconsin, y en 2003 arzobispo de San Luis, Missouri. En 2008 el Papa Benedicto XVI le nombró prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica y dos años después fue creado cardenal. El Papa Francisco le designó patrono de la Soberana Orden de Malta en 2014 y en 2017 volvió a formar parte del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica.