Una novela histórica que pone de manifiesto el espíritu y el corazón de San Ignacio de Loyola y nos descubre un cuadro apasionante de la época en que vivió.
Don Íñigo de Loyola y Licona, soldado y aristócrata, yace en el lecho del dolor recuperándose de una herida que ha recibido en el sitio de Pamplona. Sus pensamientos se encadenan en dos direcciones diferentes. Por una parte, está su carrera, cuajada de éxitos como Caballero de Su Majestad el Emperador; una ascensión de honores y una posición envidiable desde la que miraría con orgullo a los ojos de la que podría ser su Dama.
Pero por una grieta de esos pensamientos, que habían sido siempre tan alentadores, se filtra una luz centelleante: se ve a sí mismo camino de Tierra Santa, como Caballero de Dios, descalzo, comiendo solo hierbas, mortificando su carne, subiendo por la estrecha senda que conduce al castillo del mismo Dios.
Pero ¿qué títulos podía él poseer para aspirar a la compañía de los Santos? Ninguno. Era un pensamiento absurdo. No obstante... San Agustín... San Francisco... ¿no se habían enfrentado con una situación semejante? Siente el irresistible impulso de romper con todo su pasado y, además, aquello era algo que no admitía demora. Desde ese momento, la vida de Ignacio cobra todo su sentido.
Louis de Wohl (1903-1961) es uno de los grandes escritores de novela histórica del siglo xx. Nació en Berlín, de padre húngaro y madre austriaca, ambos católicos. Desde muy pequeño se sintió inclinado a la literatura y en poco tiempo realizó una carrera fulgurante en Alemania, publicando más de 30 novelas de aventuras y suspense de las que 16 fueron llevadas al cine. Sin embargo, en 1935, y ante la llegada de Hitler al poder, decidió iniciar una nueva vida en Inglaterra. Participó en la Segunda Guerra Mundial y, al finalizar el conflicto, se trasladó a Estados Unidos reorientando su vocación literaria con una perspectiva cristiana. Consciente de la influencia que Hitler había tenido, al haberse convertido en el modelo de millones de personas, decidió proponer modelos atractivos y llenos de valores a sus contemporáneos. Ahí arranca su brillantísima producción novelística sobre cristianos de personalidad poderosa y profundamente inmersos en las luchas y avatares de su época. La luz apacible (sobre Santo Tomás, escrita por encargo de Pío XII), El Oriente en llamas (sobre S. Francisco Javier), El mendigo alegre (sobre S. Francisco de Asís), Corazón inquieto (sobre S. Agustín) o Fundada sobre roca (una historia de la Iglesia) son algunas de sus numerosas obras maestras. Todas ellas están publicadas en Ediciones Palabra.