«El poder de perdonar los pecados que Cristo tenía en exclusiva (solo Dios perdona los pecados, cf. Mc 2,7) y que concedió a los apóstoles y a sus sucesores (Jn 20,23) para que pudieran perdonarlos en su nombre, es un don inimaginable, porque Dios, cuando perdona, no solo perdona, sino que olvida. Y no solo olvida, sino que nos recrea porque perdona con su poder creador, devolviéndonos la dignidad que tuvimos de niños».
José Antonio Sayés, doctor en Teología por la Universidad Gregoriana (Roma) y profesor de Teología fundamental en la Facultad de Teología de Burgos, es autor de numerosos li­bros, entre los que destacan Señor y Cristo (2005), Teología y relativismo (2007), Teolo­gía fundamental (32009), La gracia de Cristo (2010) y ¿Por qué creo? (2013).