En los capítulos 12-50 del Génesis se narra la historia de los patriarcas Abrahán, Isaac, Jacob y José. Para explicar el significado espiritual de los relatos patriarcales, los Santos Padres acudieron a las cartas de Pablo, a los discursos de Pedro y Esteban en los Hechos de los Apóstoles y al autor de la Carta a los Hebreos. Ellos fueron sus principales maestros, aunque se puedan encontrar en el Nuevo Testamento otras alusiones a la historia de los patriarcas. La escuela de Alejandría, en particular, siguió el uso alegórico de Pablo acerca de la historia de Sara y Agar en la interpretación de los relatos del Génesis. Por su parte, la escuela de Antioquía evitó la interpretación alegórica pero se propuso encontrar aplicaciones morales en los primitivos relatos. Para todos ellos aquellos acontecimientos indicaban las promesas de los tiempos futuros, la nueva era revelada en la resurrección de Jesús.
Entre los principales comentaristas de lengua griega incluidos en este volumen se encuentran Orígenes, Dídimo el Ciego, Juan Crisóstomo y Cirilo de Alejandría. En cuanto a los de lengua latina, podemos citar a Ambrosio de Milán, Agustín de Hipona, Cesáreo de Arlés y Beda el Venerable. Efrén Sirio es el autor más citado de lengua siríaca, mientras que la Catena sobre el Génesis, del siglo V, nos proporciona textos de Eusebio de Cesarea, Basilio el Grande, Gregorio Nacianceno, Gregorio de Nisa, Epifanio de Salamina, Ireneo de Lión, Eusebio de Emesa, Severiano de Gábala y Teodoro de Mopsuestia entre otros.
Con una gran diversidad en cuanto a matices y modos de expresarse, los Padres citados nos proporcionan una gran riqueza de antigua sabiduría. Estos textos, muchos de los cuales se traducen por primera vez al castellano, podrán ser estímulo para la mente y alimento para el alma de la Iglesia actual.