En este libro, continuación de Humanismo: los bienes invisibles, el autor analiza dos dimensiones complementarias en el armónico desarrollo del hombre: la formación personal (resortes interiores, disciplina y trabajo) y la dimensión social (el arte de educar, el arte de gobernar, la familia). Finalmente, ofrece al lector una interesante reflexión sobre el sentido religioso, indispensable para ese equilibrado crecimiento como personas.
Para la mentalidad humanista, el desarrollo de la persona no es un bien privado ni tiene como fin la autocomplacencia. Es miembro de una sociedad y, como tal, ha de buscar la propia mejora con el fin de ofrecer a los demás un mejor servicio: tener para dar. Así lo testimonia una larga tradición de hombres sabios, recogida también en estas páginas.
Juan Luis Lorda (Pamplona 1955) es sacerdote, ordenado en 1983, Ingeniero Industrial (1977) y Doctor en Teología (1982). Desde el año 1983 enseña Teología dogmática y Antropología cristiana en la Universidad de Navarra.
Entre sus obras destacan: Antropología. Del Concilio Vaticano II a Juan Pablo II; La señal de la cruz; Para ser cristiano; Moral, el arte de vivir; Para una idea cristiana del hombre, y Humanismo. Los bienes invisibles.