En contraposición a ese sueño de la razón que ha producido notables monstruos en el siglo XX, Julián Marías reivindica una vez más La fuerza de la razón. En este volumen, como ya hiciera en El curso del tiempo y en Entre dos siglos, recoge sus últimos artículos publicados. Artículos que, como dice el propio Julián Marías en el prólogo, «todos ellos los he escrito desde y con la razón. Aunque traten de muy diversos temas y la mayoría no sean de filosofía, todos ellos están escritos con filosofía, que permite saber a qué atenernos en cada momento y circunstancia, que da “cuenta y razón” (nombre, por cierto, de nuestra revista). La razón, como un fuerte faro marítimo dando vueltas, aprehende la realidad en su conexión».
Al margen de su contenido, estos artículos tienen una especial importancia. Como dice el propio Julián Marías, La fuerza de la razón «recoge mis últimos artículos. Más que nunca, son precisamente eso: últimos. Quizá, con seguridad, ya no escriba más. La razón es divina, como nos recuerda Lope de Vega. Dios es Lógos, es Razón. Y la ha depositado en nosotros, aunque a veces se debilite debido a nuestra fragilidad. No perdamos la esperanza. Mientras gracias a esa fuerza me encamino a Dios e imagino cerca, con ilusión, la vida perdurable, pido a mis amables lectores —que me han acompañado benevolentes y atentos durante tanto tiempo— tengan presente el último verso de ese primer soneto de las Rimas sacras de Lope: “Vuelve a la patria la razón perdida”, cuando su luz venza mi oscuridad. Esa luz perpetua que siempre me iluminará. Nos iluminará, divina y admirablemente, a todos con su hermosísima claridad. Con su todopoderosa fuerza».