En un contexto inmediato de crisis económicas, medioambientales y sociales en el que las manifestaciones populares por la actual situación se han sucedido en diversos países es importante preguntarse: ¿Hacia adónde nos conduce la vía que estamos siguiendo? ¿Cuáles son las medidas políticas, económicas, ecológicas y sociales que hay que tomar para cambiar el rumbo?
Sinopsis
«Tengo un propósito: buscar la vía que puede salvar a la humanidad de los desastres que la amenazan.» Edgar Morin, sociólogo y antropólogo
Edgar Morin traza las diferentes vías reformadoras que se podrían adoptar para conducirnos a una metamorfosis de la sociedad tan asombrosa como la que engendraron la sociedad que pasó de cazadora a recolectora.
La nave espacial que es la Tierra sigue a toda velocidad su carrera en un proceso compuesto de tres elementos: globalización, occidentalización y desarrollo.
Ahora todo es interdependiente, aunque, al propio tiempo, todo está separado. La unificación tecnológica y económica del planeta va acompañada de conflictos étnicos, religiosos y políticos; convulsiones económicas, deterioro de la biosfera y de la crisis de las civilizaciones tradicionales, pero también de la modernidad. Una multitud de crisis que a su vez forman parte de la gran crisis de la humanidad, impidiéndole convertirse en una verdadera humanidad.
¿Adónde nos conduce la vía que estamos siguiendo?
¿Hacia un progreso sin fin? Ya no podemos seguir creyendo en él. La muerte del “pulpo totalitario” ha despertado al de los fanatismos religiosos y estimulado al del capitalismo financiero, y todos ellos aprisionan cada vez más al mundo con sus tentáculos. Así, la disminución de la pobreza no sólo se produce con un crecimiento del bienestar material, sino también a costa de un enorme aumento de la miseria.
¿Estamos abocados a una sucesión de catástrofes en cadena? Este es un destino probable si no conseguimos cambiar de vía.
Edgar Morin prepara el terreno de una «Vía» practicable que podría trazarse mediante la conjunción de múltiples vías reformadoras y conducirnos a una metamorfosis tan asombrosa como que la que engendraron las sociedades históricas a partir las sociedades arcaicas de cazadores-recolectores.