Este libro tiene la peculiaridad de establecer una confrontación temática y no meramente formal entre la ciencia y la filosofía. Pasa revista a los principales conceptos relacionados con el conocimiento del mundo físico (materia, espacio, tiempo, fuerza, energía, universo, vida, evolución, etc.) y valora las contribuciones a su esclarecimiento procedentes tanto de la investigación más reciente como de la tradición del pensamiento que precedió a la ruptura de la unidad del saber.
En los últimos tiempos los filósofos han sido remisos a la hora de enjuiciar las tesis sustantivas de la ciencia, porque han dado prioridad a una reflexión genérica sobre sus bases y métodos. Con ello trataban de ganar solvencia y credibilidad, aunque fuera a costa de crear un producto vacío de contenido.
Sin embargo, la ciencia adopta estrategias cambiantes y desborda cualquier consideración estática que se haga de ella, ya que sus formas evolucionan al mismo ritmo que los problemas que contempla. Por ello, la pretensión de convertir la filosofía en una "ciencia de la ciencia" no ha satisfecho las esperanzas que suscitó. Hay que asumir de nuevo el riesgo de la provisionalidad y el error, cultivar un pensamiento susceptible de ser des-mentido por los hechos, pero, al mismo tiempo, capaz de decir algo interesante sobre la realidad.
Materia, universo, vida trata de avanzar hacia una ontología a la altura de los tiempos, superando las barreras que el lenguaje y el hábito han opuesto al diálogo fructífero de todas las disciplinas que estudian la naturaleza.