Texto definitivo establecido en colaboración con el autor por Anna-Teresa Tymieniecka. Traducción de la edición anglo-americana (The Acting Person) por Jesús Fernández Zulaica.
La originalidad de este libro, la obra filosófica central de Karol Wojtyla, reside, ante todo, en la nueva manera con que el autor ahonda en la concepción cristiana del hombre. En lugar de partir de la persona, que es lo que comúnmente se hace en los campos del saber que tienen por objeto la actividad humana, en particular en la ética, el autor nos invita a seguir el planteamiento metodológico inverso: el estudio de la persona a través de la acción, o, más precisamente aún, el estudio de la acción que revela a la persona. En el análisis de la experiencia se pone de manifiesto el carácter transcendente de la persona, el sentido de su existencia y los caminos que conducen a su auténtica realización.
Este libro, por tanto, no es un tratado sistemático sobre la persona o sobre las normas racionales a que debe ajustarse en su manera de obrar, sino una investigación sobre el fenómeno humano. Y, todo ello, para comprender la naturaleza del hombre en su realidad viva y existencial. Este ensayo monográfico sobre la persona captada, casi sorprendida, en su actividad tiene también una clara intencionalidad educativa y pastoral: conocer al hombre concreto para comprenderlo y amarlo más, para hablarle con un lenguaje más apropiado y capaz de comunicación.