En algún momento, los historiadores de la religión, los estudiosos de la Biblia y los teólogos de la fe cristiana se han visto urgidos a responder una pregunta enormemente compleja y, sin embargo, crucial: ¿Cómo, cuándo y por qué surgió la devoción a Jesús? O dicho con otras palabras, ¿a partir de qué momento se comenzó a rendir culto a Jesús por considerarlo ya una persona divina?
El monumental estudio de Larry Hurtado aporta un arsenal de datos y, sobre todo, una nueva perspectiva en este tema tan delicado. Así, dejando en un segundo plano la preocupación por la cuestión del Jesús histórico, se plantea de forma exhaustiva la función que desempeñó Jesús en la religión de los primeros creyentes cristianos.
Para llevar a cabo esta empresa, la investigación no rehúye ninguna de las fuentes antiguas: desde la Escritura y los escritos de figuras como Ignacio de Antioquía o Justino, hasta textos apócrifos como el Evangelio de Tomás y el Evangelio de la verdad. Con todo, el interés mayor reside en la búsqueda y el esclarecimiento de las primeras confesiones de fe cristianas sobre Jesús, las oraciones dirigidas a él, el uso de su nombre en los exorcismos, bautismos y curaciones, la invocación ritual de Jesús como «Señor», el martirio y otros fenómenos menos conocidos, como las posturas usadas al orar o la curiosa práctica de los nomina sacra.
La aparición de Señor Jesucristo inaugura, sin duda, una nueva etapa de la investigación de la cristología primitiva y de los estudios sobre el primer cristianismo.