El pecado y la gracia son las dos coordenadas que definen la vida del hombre sobre la tierra. En efecto, ha sido desde el primer momento amado por Dios, ha sido invitado a participar de su vida. Pero a la vez, y desde el comienzo de la historia, ha sido infiel a la amistad que su Creador le ofrecía y ha querido determinar su vida sin referencia a Dios. Pablo ha explicado esta condición del hombre con su conocido paralelismo entre Adán y Cristo. Si a causa de Adán todos los hombres mueren, en Cristo todos son llamados a la vida. Pero este paralelismo siempre a favor de Jesús y de su gracia. Adán, el primer hombre, es figura del que debía venir. En Jesús, Dios Padre ha reconciliado el mundo consigo y nos ha llamado a la filiación divina. Esta invitación a la plenitud de la vida pide también la libre aceptación del hombre.
Luis F. Ladaria, SJ, (Manacor, Mallorca 1944), estudió Teología en la Univ. Pontificia Comillas de Madrid, en la Philosophisch-Theologische Hoctschule St Georgen de Fráncfort M. y en la Univ. Gregoriana de Roma, donde obtuvo el doctorado. Ha enseñado teología dogmática en la Fac. de Teología de la Univ. Pontificia Comillas y es actualmente profesor de la misma disciplina en la Fac. de Teología de la Univ. Gregoriana. En 2008 fue nombrado Arzobispo Secretario de la Cong. para la Doctrina de la Fe y Consultor de la Cong. para los Obispos, y en 2009, Consultor del Pont. Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y Consultor del Pont. Consejo para la Pastoral de la Salud. Entre sus publicaciones destacan El Espíritu Santo en San Hilario de Poitiers (1977), El Dios vivo y verdadero. El misterio de la Trinidad (42010), Antropologia teologica (52011) y las ediciones de La Trinidad (1986) y el Comentario al Evangelio de san Mateo (2010), ambas de san Hilario de Poitiers.