Tras el discurso eucarístico de Cafarnaúm, el apóstol Pedro dirigió a Jesús estas palabras: «Nosotros creemos y conocemos que tú eres el Santo de Dios» (Jn 6, 69). La fe, en efecto, otorga ya un hondo conocimiento de la verdad revelada, pero al mismo tiempo mueve a querer saber más de ella, lo que se traduce en un deseo de conocer mejor la doctrina y la moral católicas, de captar asimismo con más intensidad las riquezas de la liturgia de la Iglesia y, en fin, de entrar más hondamente en la vida de oración. Creemos y conocemos, pero queremos profundizar más. Eso es lo que nos ofrece la lectura atenta y motivada –el estudio, en realidad– del Catecismo de la Iglesia Católica. Este libro está pensado, con ese propósito, para servir de ayuda a los lectores del Catecismo y a cuantos se ocupan de enseñarlo a los demás.
La pregunta sobre la identidad cristiana, rebrota con particular vigor en los momentos y lugares en los que es más intenso el pluralismo cultural y social, y más sentida, en consecuencia, la necesidad de definir los perfiles intelectuales y morales del cristianismo. ¿Qué caracteriza la identidad cristiana de una persona o de una determinada institución? ¿Qué trazos específicos han de informarla si está animada por el espíritu y el dinamismo del Evangelio?
Por resolver éstas y otras preguntas contamos con esta obra, en la que han colaborado profesores universitarios que desarrollan su actividad docente e investigadora en áreas científicas distintas y en centros de trabajo diferentes. Late en ellos la convicción de que, estableciendo un serio diálogo interdisciplinar, se puede calar más profundamente en las claves del patrimonio cultural cristiano (pensamiento, actitudes, obras), y ayudar a rehacer el entramado de evidencias de carácter ético y principios indiscutibles de la vida social, que en muchos ambientes parecen haberse oscurecido, y que son contenido esencial de la ley moral natural.