Los derechos de las víctimas de abusos sexuales en el proceso penal canónico exigen un diálogo profundo entre las diversas instituciones y las disposiciones canónicas actuales. La justicia requiere que se mantenga y se cumpla un compromiso para defender los derechos de quienes se han visto perjudicados. Se necesitan más cambios en los procesos y nuevos procedimientos, en particular una verdadera voluntad de los líderes de la Iglesia para escuchar las voces de las víctimas. Esta obra, coordinada por Charles J. Scicluna y Myriam Wijlens, y por Daniel Portillo en su versión española, es la conclusión de un seminario organizado por la Comisión Pontificia para la protección de menores, donde sesenta expertos de todo el mundo reflexionaron sobre este tema. El objetivo de este trabajo es ofrecer, además, un análisis comparativo del marco jurídico de distintos países sobre esta delicada cuestión.
La editorial PPC presenta ‘Aventuremos la vida’, un libro que, en el marco del Año de la Vida Consagrada convocado por el papa Francisco para este 2015, trata de dar respuestas al futuro de la vida religiosa en forma de tres miradas oportunas y necesarias.
Dolores Aleixandre, las monjas trinitarias de Suesa y el capuchino Víctor Herrero de Miguel firman una obra tan sugerente como sencilla y práctica, con diferentes pistas y pautas de actuación sobre qué es lo esencial de la vida consagrada.
Así, el libro se abre con las páginas de Dolores Aleixandre, religiosa del Sagrado Corazón y reconocida biblista con un desarrollado olfato pastoral. Ella, desde su perspectiva de ser parte de la generación que vivió el antes y el después del Concilio Vaticano II, invita al lector a adentrarse y centrarse en la esencia de la vida religiosa con atención, sencillez, firmeza y paz.
Las monjas trinitarias de la comunidad contemplativa de Suesa (Cantabria) titulan su capítulo del libro: ‘Con T de Trinidad, experiencia de vida comunitaria’. Con un lenguaje fresco y actual, las religiosas comparten sus vivencias sobre cómo “‘comunionar la vida’, honrar las diferencias de las hermanas, confiar plenamente en el bello corazón comunitario donde Dios se manifiesta y caminar hacia adelante unidas, como una piña, porque, ¡por supuesto que se puede ser comunidad!”, aseguran.
Por último, Víctor Herrero de Miguel, capuchino, filólogo y biblista, se vale de su prodigioso conocimiento de literatura y la poesía actual para explicar cómo el religioso, a semejanza del poeta, es el que vive a la vez el centro y la hondura, el peso y lo ligero, quien transita “iluminado por la sombra” y al que le están reservados los márgenes. “La vida religiosa o es poética o no es vida”, señala en sus páginas, que recorre “de la mano de algunos poetas que, con su palabra, nos ofrecerán una mesa, (…) poemas que nutren mi intimidad, en cuya compañía he aprendido a ver más claro y por medio de los cuales se han ido fraguando decisiones importantes. Siento que, compartiéndolos, dejo al descubierto los planos de la casa en la que habito”.
Cada uno de los tres autores aporta además, en sus respectivos capítulos, sugerencias de oración personal y colectiva, pistas de trabajo y puesta en común para reuniones o retiros comunitarios.