Platón aseguraba que «lo bello es difícil» pero ¿por qué? ¿Qué tiene que ver lo bello con lo verdadero y bueno? ¿Por qué nos atraen personas y acciones que sabemos no son ni buenas ni verdaderas? ¿Cómo debe comportarse uno para hacer de su vida una «obra de arte»?
Pero el principal interrogante que estas líneas afrontan, la pregunta que las vertebra es: ¿Por qué Benedicto XVI está plenamente convencido de que la belleza es un camino privilegiado para defender la fe y evangelizar al hombre del hoy?
El autor dedica el libro a todos los que un Dios sólo racional les sabe a poco, y anhelan cada día ver su rostro. Porque la razón busca, pero es el corazón el que encuentra.
El autor se sumerge en los evangelios y a la luz de la Palabra trata de mostrar la fuerte personalidad de Jesús, invitando al lector a acudir personalmente a Él, a encontrarse con su Persona.
Adentrarse en la personalidad de Cristo produce vértigo, escalofríos. En este libro el autor pretende mostrar parte de tan fuerte personalidad y, por tanto, facilitar al lector un encuentro personal con Jesucristo. Para ello emplea la misma fórmula que hace muchos años empleó uno de los discípulos de Jesús, Felipe, con su "amigo del alma", Natanael. Le dijo Felipe: "hemos encontrado a aquel de quien escribieron Moisés en la Ley, y los Profetas: Jesús de Nazaret, el hijo de José. Entonces le dijo Natanael: ¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret? Le respondió Felipe: VEN Y VERÁS".
Por eso, si bien los veinticuatro capítulos que componen la obra siguen la clásica división tripartita (su permanencia en Nazaret, su vida pública y su pasión, muerte y resurrección), su contenido no responde a corte tan "clásico". A lo largo de estas páginas no se nos "cuenta" una vez más la vida de Jesús sino, más bien, se nos invita a meditar y analizar sus silencios, el trato con su madre, el móvil de sus acciones, su modo de ver y estar en el "mundo", su mirada, de qué se alimentaban sus palabras, qué contenía su corazón, etc. Todos y cada uno de ellos responden, en último término, a la pregunta que hace ya más de dos mil años Él mismo nos dirigió: "¿quién dicen las gentes que soy yo?"
Eduardo Camino es sacerdote, licenciado en Derecho y doctor en Teología por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma), universidad en la que ejerció la docencia durante varios años.
Ha publicado también Dios y los ricos (Rialp, 2000), Ética de la especulación financiera (AEDOS-Unión Editorial, 2003)
y Formar líderes (Palabra, 2007).
Il mondo degli affari e il mondo della religione sono davvero distanti come qualcuno vuol far credere? Un originale e appassionato commento alla Vocazione di Matteo, dipinta dal Caravaggio per la chiesa romana di San Luigi dei Francesi (1599-1600), consente di approfondire una tematica anticonformista, nella convinzione che la chiamata vocazionale alla santità è davvero universale.Eduardo Camino è docente di Morale economica nella Pontificia Università della Santa Croce, a Roma. Avvocato, prima del dottorato in Teologia ha lavorato in Borsa per conto di una Merchant Bank internazionale (pp. 168).