Obra emblemática, junto con “El castillo” y “La metamorfosis”, de lo que se ha dado en llamar “lo kafkiano”, “El proceso” se cuenta entre las pocas obras de la literatura que han alcanzado el raro destino de desbordar ampliamente los meros límites de su naturaleza como relato. En efecto, en esta novela que se inicia con el arresto, una mañana, de Josef K., supuestamente acusado de un delito que nunca llegará a conocer, y quien a partir de ese momento se ve envuelto en una maraña inextricable regida por un mecanismo omnipresente y todopoderoso cuyas razones y finalidades resultan inescrutables, Franz Kafka forjó una vigorosa metáfora de la condición del hombre moderno.
Traducción de Miguel Sáenz
«Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, se encontró en su cama convertido en un monstruoso insecto.» Tal es el abrupto comienzo, que nos sitúa de raíz bajo unas reglas distintas, de "La metamorfosis", sin duda alguna la obra de Franz Kafka que ha alcanzado mayor celebridad. Escrito en 1912 y publicado en 1916, este relato es considerado una de las obras maestras del siglo xx por sus innegables rasgos precursores y el caudal de ideas e interpretaciones que desde siempre ha suscitado. Completan este volumen los relatos «Un artista del hambre» y «Un artista del trapecio».
«El castillo» relata la historia de un agrimensor que acude a la llamada de un pueblo adscrito a un castillo para que realice trabajos profesionales y que para ello abandona su patria, su trabajo y su familia. Pero cuando llega allí le hacen saber que no hace ninguna falta, se siente marginado de la comunidad desde el primer momento y comienza su lucha a ciegas por conseguir una entrevista con la administración, que habita en el castillo. Pero su lucha fracasará, puesto que a su alrededor se cierran todas las puertas.