En este manual se entiende la gracia como el efecto personal de la salvación que causa la renovación interior del hombre, lo convierte en hijo y amigo de Dios.
La gracia es una cuestión teológica central que, en la historia, ha dividido a las teologías católica, protestante y ortodoxa. En este manual se entiende la gracia como el efecto personal de la salvación que causa la renovación interior del hombre, lo convierte en hijo y amigo de Dios, y establece con Él un vínculo interior, una Alianza. La Nueva Alianza es, en definitiva, el Espíritu Santo. Al contemplar toda la materia desde esta perspectiva resulta posible enlazarla con la liturgia y espiritualidad cristianas.
El Decálogo constituye la base histórica de la educación moral de nuestra civilización. El autor recorre cada mandamiento, ofreciendo una sugerente lectura de sus implicaciones.
La Antropología Teológica es una materia extraordinariamente interesante, tanto para la sistematización de la teología, como para la evangelización. El Pontificado de Juan Pablo II ha supuesto una importante aportación y ha dejado planteado un reto: la importancia de la antropología cristiana en la evangelización, porque es una oferta de sentido para todos los hombres.
Este volumen quiere responder al reto de Juan Pablo II e intenta ofrecer una síntesis orgánica de la antropología cristiana, centrada en el designio divino para el hombre en Cristo y su realización en el misterio pascual. Se hace un esfuerzo por recoger lo que la teología cristiana ha elaborado a lo largo de los siglos. Por eso, este manual presta mucha atención a la teología patrística y a los exponentes principales del pensamiento cristiano antiguo y moderno. Los temas de la gracia son muy importantes de cara al diálogo ecuménico, con la teología protestante y ortodoxa; por eso se tratan con particular cuidado los capítulos sobre la divinización y la justificación. Además, se establece un diálogo con la cultura moderna, mostrando los contrastes con la oferta cristiana. Como quería Juan Pablo II, esa oferta es un camino de evangelización. Especialmente la idea cristiana sobre la verdad, la libertad y su sentido, la sexualidad humana y los ideales para la sociedad.
El cristianismo es una forma de vida, y adquiere un brillo especial cuando muestra su idea sobre el hombre. Considerado en toda su hondura, es una de las mayores aportaciones que conserva la humanidad, fundamenta las estructuras intelectuales, jurídicas y sociales de occidente, y supone un beneficio inestimable en la historia de la cultura.
Este libro, mediante tres valiosos ensayos, permite entender esta realidad a quienes no son especialistas.
Juan Luis Lorda (Pamplona 1955) es sacerdote, Ingeniero industrial y Doctor en Teología por la Universidad de Navarra, donde actualmente enseña Antropología. Entre sus obras, destacan: Antropología. Del Concilio Vaticano II a Juan Pablo II; La señal de la cruz; Para ser cristiano; Moral, el arte de vivir; Humanismo. Los bienes invisibles, y Humanismo II. Tareas del espíritu.
Una atractiva y clara síntesis de la renovación de la antropología cristiana a lo largo del siglo XX, desde las aportaciones filosóficas de Kierkegaard, Newman, Buber, Marcel, Maritain, Scheler, Von Hildebrand, E. Stein, etc., hasta el Concilio Vaticano II.
El autor ofrece en este libro una atractiva y clara síntesis de lo más valioso de la antropología reciente (Kierkegard, Newman, Ebner, Lévines, Marcel, Husserl) para introducirnos en el riquísimo contenido antropológico del Concilio Vaticano II y del pensamiento de Karol Wojtila antes y después de ser elegido Papa. Monseñor Fernando Sebastián, Arzobispo de Pamplona, señala en el Prólogo que la antropología cristiana -la comprensión cristiana del hombre- ocupa un lugar central en el enfoque de la nueva evangelización. "Cristo... manifiesta el hombre al propio hombre; esta feliz expresión conciliar señala una de las claves de la evangelización del mundo moderno". La salvación de Cristo que la Iglesia ofrece, responde a las aspiraciones más hondas del corazón humano; proporciona una comprensión más profunda de su origen, de su destino y de su dignidad; y pone un sólido fundamento para los derechos humanos. Por eso, una buena exposición de las cuestiones antropológicas permite ofrecer de una manera comprensible y fecunda el mensaje cristiano y facilita su acogida.
La Antropología Teológica es una materia extraordinariamente interesante, tanto para la sistematización de la teología, como para la evangelización. El Pontificado de Juan Pablo II ha supuesto una importante aportación y ha dejado planteado un reto: la importancia de la antropología cristiana en la evangelización, porque es una oferta de sentido para todos los hombres.
Este volumen quiere responder al reto de Juan Pablo II e intenta ofrecer una síntesis orgánica de la antropología cristiana, centrada en el designio divino para el hombre en Cristo y su realización en el misterio pascual. Se hace un esfuerzo por recoger lo que la teología cristiana ha elaborado a lo largo de los siglos. Por eso, este manual presta mucha atención a la teología patrística y a los exponentes principales del pensamiento cristiano antiguo y moderno. Los temas de la gracia son muy importantes de cara al diálogo ecuménico, con la teología protestante y ortodoxa; por eso se tratan con particular cuidado los capítulos sobre la divinización y la justificación. Además, se establece un diálogo con la cultura moderna, mostrando los contrastes con la oferta cristiana. Como quería Juan Pablo II, esa oferta es un camino de evangelización. Especialmente la idea cristiana sobre la verdad, la libertad y su sentido, la sexualidad humana y los ideales para la sociedad.