Pocos libros, y menos aún tratándose de poesía, han alcanzado la difusión de Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Expresión de sentimientos universales y siempre vivos, de una diversidad de expresiones amorosas, esta obra de Pablo Neruda, pese a haberse convertido con el paso del tiempo en una obra clásica, conserva intacta, como afirma certeramente Jorge Edwards en el prólogo que la antecede, «su magia secreta, contagiosa y peligrosa».
Publicado por primera vez en 1924, Veinte poemas de amor y una canción desesperada es quizá el libro de Neruda que ha obtenido una más vasta popularidad y a la vez significó la plena consolidación del prestigio literario de su autor en el área hispánica. Obra de gran envergadura literaria, el remanente de la herencia modernista fue aliado en ella por Neruda de modo admirable a los hallazgos expresivos de la nueva vanguardia en una serie de piezas de conmovida intensidad lírica, cuyo acento de plenitud vital, exaltación genésica y erotismo panteísta cede el paso, en la hora de los duelos y las separaciones, a un tono de melancolía que le hermana a la herencia romántica. Intocables en su definitiva rotundidad de pieza maestra, estos Veinte poemas de amor y una canción desesperada constituyen sin duda una de las mayores cimas de la poesía amorosa en lengua castellana