En este libro, tras el tiempo de duelo, el cardenal Robert Sarah rinde homenaje a su amigo Benedicto XVI y a sus escritos.
"¡Dios es! ¡Qué liberación! En un momento en el que la Iglesia parece obsesionada consigo misma, con sus estructuras, con su futuro, Benedicto XVI nos dice: en el fundamento de todo están estas palabras de asombro y de amor: Dios es.
En un tiempo en el que perdemos tanto tiempo en reuniones cuyo único tema somos nosotros mismos y nuevamente nosotros mismos, él nos invita a alejarnos de nosotros mismos y volvernos hacia Dios, ese Dios cuyo ser es la única luz".
"Personalmente, estoy impresionado por la experiencia de paternidad divina de Benedicto XVI. Me parece que Joseph Ratzinger entró místicamente en la experiencia de la filiación divina a través de su unión con el Hijo encarnado, Jesús. Quizás esta afirmación sorprenda".
"La alegría del Papa no fue una alegría pasajera ni una euforia psicológica. La causa de la alegría de Benedicto XVI fue la contemplación de Dios mismo. Estas palabras fueron como un anticipo del Cielo cuyas premisas saboreó su alma".
"Ante la inmensidad de la obra de Benedicto XVI, nos invade el vértigo. Durante treinta años, junto a san Juan Pablo II, al que luego sucedió en el trono de Pedro, sentó las bases espirituales y teológicas de la Iglesia del tercer milenio. ¿Cuál es entonces la clave de esta catedral del pensamiento de Joseph Ratzinger? Más que una cualidad, más que un rasgo psicológico, el principio arquitectónico de la obra del Papa Benedicto está en Dios; más precisamente, es Dios mismo, contemplado y amado".
Con el estilo luminoso propio de sus escritos, el cardenal Robert Sarah muestra a los cónyuges cómo redescubrir la fuente profunda de su amor, Dios mismo, y les enseña cómo pueden hacer que crezca y se reavive una y otra vez.
Este libro nos presenta lo esencial del retiro que el cardenal predicó a matrimonios en Lourdes, Francia. Está destinado a todas las parejas: las que atraviesan dificultades; las que quieren renovar el amor que les une y aquellas que quieren fortalecerlo cada día.
Las palabras del cardenal llegan al corazón de los lectores y les hacen tomar conciencia de que todos los esposos sin excepción están llamados a la alegría del matrimonio.
Cardenal Robert Sarah nació en Guinea en 1945. Sacerdote desde 1969, en 1979 fue nombrado Arzobispo de Conakri, con 34 años de edad. En 2001 Juan Pablo II lo llamó a la Curia romana, donde desempeñó sucesivamente dos altos cargos. Benedicto XVI lo creó Cardenal en 2010, y en 2014 Francisco lo nombró Prefecto de la Congregación para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos, donde ha estado hasta junio de 2020. El 8 de mayo de 2021, el Papa Francisco lo nombró miembro de la Congregación de las Iglesias Orientales.
Para que Dios recobre el lugar que le corresponde en el centro de la vida de la Iglesia y del cristiano, el Cardenal Robert Sarah nos guía con su característica fuerza misionera por la auténtica senda: la vuelta a los orígenes, al evangelio y los siete sacramentos.
"Creo que el eclipse de Dios en nuestras sociedades posmodernas, la crisis de los valores humanos y morales fundamentales y sus repercusiones incluso en la Iglesia -en la que se constata la confusión en torno a la verdad divinamente revelada-, la pérdida del auténtico sentido de la liturgia y el desdibujamiento de la identidad sacerdotal exigen con urgencia que los fieles cuenten con un "catecismo de la vida espiritual" en forma de itinerario espiritual jalonado por los sacramentos de la Nueva Alianza".
Este libro puede parecer un resumen de toda la fe cristiana, sin embargo, se trata más bien de un camino de vida interior que señala las principales vías para entrar en la vida espiritual.
Robert Sarah nació en Guinea en 1945. Sacerdote desde 1969, en 1979 fue nombrado Arzobispo de Conakri, con 34 años de edad. En 2001 Juan Pablo II lo llamó a la Curia romana, donde desempeñó sucesivamente dos altos cargos. Benedicto XVI lo creó Cardenal en 2010, y en 2014 Francisco lo nombró Prefecto de la Congregación para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos, donde ha estado hasta junio de 2020. El 8 de mayo de 2021, el Papa Francisco lo nombró miembro de la Congregación de las Iglesias Orientales.
"Hemos de mirar cara a cara a la realidad: el sacerdocio parece tambalearse. Algunos sacerdotes son como los marineros de una nave violentamente sacudida por el huracán. Dan bandazos y pierden el equilibrio. ¿Quién no se hace preguntas cuando lee ciertos testimonios de abuso infantil? ¿En quién no surgen dudas? El sacerdocio, su estatus, su misión, su autoridad se han puesto al servicio de lo peor; se ha instrumentalizado para ocultar, tapar e incluso justificar la profanación de la inocencia de los niños. En ocasiones se ha usado la autoridad episcopal para pervertir -cuando no para truncar- la generosidad de quienes deseaban consagrarse a Dios. En el corazón de sacerdotes, obispos y cardenales se ha filtrado la búsqueda de una gloria mundana, de poder, de honores, de placeres terrenales. ¿Quién es capaz de asumir esta realidad sin estremecerse, sin llorar, sin hacerse preguntas? No podemos aparentar que todo esto carece de importancia, que todo esto no es más que un percance. Al mal hay que mirarlo cara a cara. ¿Por qué tanta corrupción, tanto extravío, tanta perversión?". A partir de diversos textos de santos, papas y algún otro autor, el Cardenal Sarah da respuestas concretas a esta crisis sin precedentes del ámbito eclesial.
Hoy el sacerdocio atraviesa una profunda crisis y hay confusión sobre la tarea y función del sacerdote. Ser sacerdote no es un trabajo sino una vocación y un camino de santificación: el sacerdote es un servidor de Cristo y, por tanto, del prójimo. En este libro, el cardenal Robert Sarah aborda el problema de la decadencia moral y espiritual del clero y advierte de los peligros que existen en la Iglesia hoy: el arribismo, la mundanalidad y la notoriedad en las redes sociales. Para mantener el celo por el ministerio, en cambio, es necesaria una vida de oración, de ascetismo y un fuerte apego a la Liturgia, porque sobre todo en la celebración de la Santa Misa es posible encontrar la verdadera alegría y la razón de ser de la propia vida sacerdotal.
En esta entrevista amplia, variada (autobiográfica y doctrinal; experiencial y conceptual; africana, romana, universal...), sincera, briosa y en tantos momentos cautivadora, el cardenal Sarah aborda con altura y franqueza los grandes temas eclesiales de la actualidad: desde la misión de la Iglesia, la evangelización, la liturgia o la oración, al celibato sacerdotal, las vocaciones, la lucha contra la pobreza o las más candentes cuestiones en torno a la familia y al matrimonio. He leído Dios o nada con gran provecho espiritual, alegría y gratitud. Vuestro testimonio de la Iglesia en África, del sufrimiento durante la época del marxismo en Guinea y de una vida espiritual dinámica, tiene gran importancia para la Iglesia. Es singularmente relevante y profundo lo que afirma acerca de la centralidad de Dios, la celebración de la liturgia y la vida moral de los cristianos. Su valiente respuesta a los planteamientos de la "teoría de género" clarifica una cuestión antropológica fundamental. Benedicto XVI, Papa emérito. Hay un "momento de África" que se está desarrollando en el catolicismo, y el cardenal Robert Sarah es una de sus voces más importantes. Si quiere usted entender las fuerzas que configuran el futuro de la Iglesia, le recomiendo que lea este libro. John Allen, escritor y editor estadounidense. El cardenal Sarah muestra un profundo amor por el Evangelio, el corazón de un pastor para los pobres y una visión clara de los desafíos a los que se enfrenta la Iglesia en el mundo posmoderno. Es una guía importante para la misión de la nueva evangelización. José H. Gómez, Arzobispo de Los Ángeles (California). Robert Sarah nació en Guinea en 1945. Sacerdote desde 1969, en 1979 fue nombrado Arzobispo de Conakri, con 34 años de edad. En 2001 Juan Pablo II lo llamó a la Curia romana, donde desempeñó sucesivamente dos altos cargos. Benedicto XVI lo creó Cardenal en 2010, y en 2014 Francisco lo nombró Prefecto de la Congregación para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos. Nicolas Diat es periodista y autor francés.
El cardenal Robert Sarah con Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, hablan desde lo más hondo de sus corazones sobre el futuro de los sacerdotes, el significado del sacerdocio católico y el sentido del celibato. A los noventa y dos años, el papa emérito firma un texto de gran densidad intelectual, cultural y teológica, en el que se remonta a las fuentes del problema: la Escritura como Palabra de Dios. Su contundente análisis se completa con el texto del cardenal Robert Sarah, cuyo escrito irradia la fuerza, claridad y sabiduría propias de él. "Estos últimos meses, mientras en el mundo resonaba el estruendo generado por un extraño sínodo mediático que se imponía sobre el sínodo real, hemos mantenido varios encuentros. Hemos intercambiado ideas e inquietudes. Hemos rezado y meditado en silencio. En cada uno de esos encuentros nos hemos confortado y tranquilizado mutuamente. Nuestras reflexiones, guiadas por dos voces diferentes, nos han llevado a cruzarnos algunas cartas. La semejanza de nuestras inquietudes y la coincidencia en nuestras conclusiones nos han decidido a poner el fruto de nuestro trabajo y de nuestra amistad espiritual a disposición de todos los fieles, a ejemplo de san Agustín".
"En la raíz de la quiebra de Occidente hay una crisis cultural e identitaria. Occidente ya no sabe quién es, porque ya no sabe ni quiere saber qué lo ha configurado, qué lo ha constituido tal y como ha sido y tal y como es. Hoy muchos países ignoran su historia. Esta autoasfixia conduce de forma natural a una decadencia que abre el camino a nuevas civilizaciones bárbaras".
Esta afirmación del cardenal Robert Sarah resume el propósito del tercer libro de entrevistas con Nicolas Diat, la profunda crisis espiritual, moral y política del mundo contemporáneo: crisis de la fe y de la Iglesia, declive de Occidente, traición de sus élites, relativismo moral, globalización sin límites, capitalismo desenfrenado, nuevas ideologías, agotamiento político, entre otros. Tras tomar conciencia de la gravedad de la crisis, el cardenal propone los medios para evitar el infierno de un mundo sin Dios, sin el hombre y sin esperanza.
El camino de la vida del hombre ha de experimentar la elevación del alma para difundirla a su alrededor y dejar en herencia una criatura más excelsa de lo que era al entrar en este mundo: con la certeza de hacer lo que está a nuestro alcance, que es lo que nos pide Dios que está siempre bien cercano a nosotros.
Robert Sarah nació en Guinea en 1945. Sacerdote desde 1969, en 1979 fue nombrado Arzobispo de Conakri, con 34 años de edad. En 2001 Juan Pablo II lo llamó a la Curia romana, donde desempeñó sucesivamente dos altos cargos. Benedicto XVI lo creó Cardenal en 2010, y en 2014 el Papa Francisco lo nombró Prefecto de la Congregación para el Culto divino y la disciplina de los Sacramentos.
Nicolas Diat es periodista y autor francés.