En comparación con las materias que buscan comprender el misterio de Dios y de su obra, el derecho canónico parece bien poca cosa; algo secundario. En comparación con el mandamiento del amor y la llamada a la santidad, la protección de la justicia es quedarse muy corto. Sin embargo, el derecho canónico apunta a la "salvación de las almas" como a su fin último. Se considera imprescindible, aunque no sea lo más importante. Como el balón de fútbol, nunca osaría considerarse superior a los jugadores; pero sabe que, sin él, no hay partido.
En esta breve introducción, se presentan de modo asequible la finalidad, las características y los contenidos principales del derecho por el que se rige la Iglesia católica.
La vocación de todos los hombres es ser hijos de Dios en el Hijo, relación que alcanzamos mediante una alianza nueva y eterna. Para la mayoría de las personas, esa vocación universal se concreta en el matrimonio, camino y anticipo de ese éxtasis, de ese darse y encontrarse, de esa unidad en la multiplicidad que es la vida misma de la Trinidad, y que es lo que anhelamos sin saberlo. Para otros, su vocación al celibato supone saltarse el matrimonio terrenal, y vivir, aquí y ahora, el matrimonio celestial. Decimos que Dios no tiene pasiones en sentido pasivo, y tenemos razón. No es movido, dirigido o condicionado por pasiones, como nosotros. No se puede enamorar por la misma razón que el mar no se puede mojar o un volcán no se puede calentar; porque Él mismo es amor. Pero ese volcán de amor —el amor que mueve el sol y las estrellas, el amor que se hizo hombre, el amor que murió por nosotros— es más apasionado y real que nuestros amores temporales; es el único capaz de llenar el corazón de una persona casada, a través del amor de su cónyuge; es el único capaz de llenar el corazón de un célibe. Partiendo de dos concepciones poco exploradas de presencia y libertad, el autor analiza la relación entre el matrimonio y el celibato (en especial el celibato de los laicos), así como el discernimiento para elegir entre un camino y otro (en realidad, entre cualquier camino vocacional). Las conclusiones sorprenderán al lector, algo lógico tratándose de una seducción misteriosa.
En este libro, tras el tiempo de duelo, el cardenal Robert Sarah rinde homenaje a su amigo Benedicto XVI y a sus escritos.
"¡Dios es! ¡Qué liberación! En un momento en el que la Iglesia parece obsesionada consigo misma, con sus estructuras, con su futuro, Benedicto XVI nos dice: en el fundamento de todo están estas palabras de asombro y de amor: Dios es.
En un tiempo en el que perdemos tanto tiempo en reuniones cuyo único tema somos nosotros mismos y nuevamente nosotros mismos, él nos invita a alejarnos de nosotros mismos y volvernos hacia Dios, ese Dios cuyo ser es la única luz".
"Personalmente, estoy impresionado por la experiencia de paternidad divina de Benedicto XVI. Me parece que Joseph Ratzinger entró místicamente en la experiencia de la filiación divina a través de su unión con el Hijo encarnado, Jesús. Quizás esta afirmación sorprenda".
"La alegría del Papa no fue una alegría pasajera ni una euforia psicológica. La causa de la alegría de Benedicto XVI fue la contemplación de Dios mismo. Estas palabras fueron como un anticipo del Cielo cuyas premisas saboreó su alma".
"Ante la inmensidad de la obra de Benedicto XVI, nos invade el vértigo. Durante treinta años, junto a san Juan Pablo II, al que luego sucedió en el trono de Pedro, sentó las bases espirituales y teológicas de la Iglesia del tercer milenio. ¿Cuál es entonces la clave de esta catedral del pensamiento de Joseph Ratzinger? Más que una cualidad, más que un rasgo psicológico, el principio arquitectónico de la obra del Papa Benedicto está en Dios; más precisamente, es Dios mismo, contemplado y amado".
Conocer a Jesucristo, hacerlo conocer y llevarlo a todas partes. Esto conforma nuestra identidad de cristianos. Un conocimiento que nos lleva al amor. Y un amor que, con su gracia, nos conduce a imitarlo. El cristiano que procura seguir de cerca los pasos de Jesús se convierte a los ojos de sus contemporáneos en una persona atractiva, porque sabe querer, y así hace conocer a Cristo.
Nuestra misión es llenar el mundo de esperanza, hacer felices a los demás y contribuir a que el mundo sea mejor. Los cristianos no hacemos apostolado, sino que somos apóstoles, porque buscamos en todo lo que hacemos y somos que nuestros coetáneos conozcan a Jesucristo y tengan amistad con Él.
A través de estas páginas descubriremos, como dice Mariano Fazio en el prólogo, la fantástica aventura de ser instrumentos en las manos de Dios para abrir a nuestros contemporáneos horizontes de amor, de belleza y de verdad.
Jaime Sanz Santacruz. Sacerdote. Doctor en Derecho, con 25 años de experiencia en centros de enseñanza y escuelas deportivas en Madrid y Barcelona.
Actualmente es capellán de la Sede de Posgrado de la Universidad de Navarra en el Campus de Madrid y colabora en la parroquia de San Manuel González, de San Sebastián de los Reyes (Madrid).
Autor de Reilusiónate. Claves para recuperar el sentido de tu llamada (PALABRA, 2021) y Aprender a querer. No endurezcáis vuestro corazón (PALABRA, 2022).
Con el estilo luminoso propio de sus escritos, el cardenal Robert Sarah muestra a los cónyuges cómo redescubrir la fuente profunda de su amor, Dios mismo, y les enseña cómo pueden hacer que crezca y se reavive una y otra vez.
Este libro nos presenta lo esencial del retiro que el cardenal predicó a matrimonios en Lourdes, Francia. Está destinado a todas las parejas: las que atraviesan dificultades; las que quieren renovar el amor que les une y aquellas que quieren fortalecerlo cada día.
Las palabras del cardenal llegan al corazón de los lectores y les hacen tomar conciencia de que todos los esposos sin excepción están llamados a la alegría del matrimonio.
Cardenal Robert Sarah nació en Guinea en 1945. Sacerdote desde 1969, en 1979 fue nombrado Arzobispo de Conakri, con 34 años de edad. En 2001 Juan Pablo II lo llamó a la Curia romana, donde desempeñó sucesivamente dos altos cargos. Benedicto XVI lo creó Cardenal en 2010, y en 2014 Francisco lo nombró Prefecto de la Congregación para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos, donde ha estado hasta junio de 2020. El 8 de mayo de 2021, el Papa Francisco lo nombró miembro de la Congregación de las Iglesias Orientales.
Esta es una preciosa historia de amor y de amistad entre un hombre y una mujer, muy distintos en su carácter y mentalidad. Se conocen y enamoran en la época de la II República española, y se casan al terminar la Guerra Civil. Él es médico y ella farmacéutica. Tienen muchos hijos, trabajan sin descanso, su vida es una aventura... son felices, y crecen poco a poco en amor a Dios y a los demás a través de su vida matrimonial y profesional. Tras morir ambos con fama de santidad, la Iglesia católica abrió sendos procesos de canonización. Este matrimonio puede ser un referente genial para tantas familias del siglo XXI. Muchas personas en todo el mundo se inspiran en su ejemplo y acuden a su intercesión: porque Eduardo y Laura muestran, con sus vidas, que es posible y ¡apasionante! formar un matrimonio unido, en una simpática y sorprendente diversidad de caracteres.
Para que Dios recobre el lugar que le corresponde en el centro de la vida de la Iglesia y del cristiano, el Cardenal Robert Sarah nos guía con su característica fuerza misionera por la auténtica senda: la vuelta a los orígenes, al evangelio y los siete sacramentos.
"Creo que el eclipse de Dios en nuestras sociedades posmodernas, la crisis de los valores humanos y morales fundamentales y sus repercusiones incluso en la Iglesia -en la que se constata la confusión en torno a la verdad divinamente revelada-, la pérdida del auténtico sentido de la liturgia y el desdibujamiento de la identidad sacerdotal exigen con urgencia que los fieles cuenten con un "catecismo de la vida espiritual" en forma de itinerario espiritual jalonado por los sacramentos de la Nueva Alianza".
Este libro puede parecer un resumen de toda la fe cristiana, sin embargo, se trata más bien de un camino de vida interior que señala las principales vías para entrar en la vida espiritual.
Robert Sarah nació en Guinea en 1945. Sacerdote desde 1969, en 1979 fue nombrado Arzobispo de Conakri, con 34 años de edad. En 2001 Juan Pablo II lo llamó a la Curia romana, donde desempeñó sucesivamente dos altos cargos. Benedicto XVI lo creó Cardenal en 2010, y en 2014 Francisco lo nombró Prefecto de la Congregación para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos, donde ha estado hasta junio de 2020. El 8 de mayo de 2021, el Papa Francisco lo nombró miembro de la Congregación de las Iglesias Orientales.
"Hemos de mirar cara a cara a la realidad: el sacerdocio parece tambalearse. Algunos sacerdotes son como los marineros de una nave violentamente sacudida por el huracán. Dan bandazos y pierden el equilibrio. ¿Quién no se hace preguntas cuando lee ciertos testimonios de abuso infantil? ¿En quién no surgen dudas? El sacerdocio, su estatus, su misión, su autoridad se han puesto al servicio de lo peor; se ha instrumentalizado para ocultar, tapar e incluso justificar la profanación de la inocencia de los niños. En ocasiones se ha usado la autoridad episcopal para pervertir -cuando no para truncar- la generosidad de quienes deseaban consagrarse a Dios. En el corazón de sacerdotes, obispos y cardenales se ha filtrado la búsqueda de una gloria mundana, de poder, de honores, de placeres terrenales. ¿Quién es capaz de asumir esta realidad sin estremecerse, sin llorar, sin hacerse preguntas? No podemos aparentar que todo esto carece de importancia, que todo esto no es más que un percance. Al mal hay que mirarlo cara a cara. ¿Por qué tanta corrupción, tanto extravío, tanta perversión?". A partir de diversos textos de santos, papas y algún otro autor, el Cardenal Sarah da respuestas concretas a esta crisis sin precedentes del ámbito eclesial.
Este libro es la continuación de Reilusiónate. Claves para recuperar el sentido de la llamada (Palabra 2021). Recuperada la ilusión, el amor da valor a nuestra vida entregada.
¿Sabemos querer de verdad? ¿Nos sentimos realmente queridos por los demás? Muchas veces echamos en falta el amor verdadero, y reconocemos que no sabemos querer a los demás como se merecen. En este libro encontrarás unas pistas para aprender a querer mejor.
Necesitamos reblandecer nuestro corazón mirando a Jesús, de modo que podamos transmitir ese amor refrescante y auténtico, verdadero, alegre y contagioso del que el mundo está tan necesitado.
El Papa Francisco nos propone llevar a cabo la revolución de la ternura (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, n. 288) para cambiar los ambientes en los que nos movemos y hacer que seamos más felices.
Nadie sabe tanto del amor como los hombres y mujeres que tienen fe. Es el distintivo de los cristianos. Que las prisas y las dificultades de la vida no nos impidan mirar a los demás con los ojos de Cristo y quererles como Él nos quiere. ¿Te animas a reblandecer tu corazón endurecido?
Jaime Sanz Santacruz, sacerdote. Doctor en Derecho, con casi 25 años de experiencia en centros de enseñanza y escuelas deportivas en Madrid y Barcelona.
Actualmente es capellán de la Sede de Postgrado de la Universidad de Navarra en el Campus de Madrid y colabora en la parroquia de San Manuel González, de San Sebastián de los Reyes (Madrid).
"El Catecismo de la Iglesia Católica", ha señalado el Papa Francisco, "se presenta como un camino que permite captar la dinámica de la fe". Con motivo de los treinta años de publicación de este singular Catecismo, hemos seleccionado aquí siete itinerarios en ese camino de la fe. Se pueden considerar como claves o indicadores, perspectivas o pistas, luces o destellos del depósito de la fe, vivo y dinámico. También se podrían ver como ideas madres o líneas maestras del Catecismo, entre otras que cabría indicar. O como puertas para entrar en él o ventanas, para mirar desde él la realidad de la fe cristiana, que pide hacerse vida.
Nicolas Diat aborda en este libro la cuestión del final de la vida. De una manera sensible y delicada, gracias a su admirable pluma, abriendo las abadías, nos descubre cómo afrontar la muerte en un lugar tan especial. ¿Cómo morir? ¿Cómo responder a nuestros miedos? Detrás de los muros de los monasterios, los hombres de Dios pasan sus vidas preparándose para el gran paso. ¿Pueden ayudarnos a comprender el sufrimiento, la enfermedad, el dolor y la soledad de los últimos momentos? De la abadía de Císter a Lagrasse, de la Grande Chartreuse a Solesmes, Nicolas Diat recogió las confidencias de los monjes al final de sus vidas. A través de entrevistas excepcionales en ocho monasterios con los "hijos del silencio", entendemos que sus muertes son simples, felices, hermosas y agonías brillantes, aunque en ocasiones sean lentas o dolorosas. Aunque indudablemente cada una de sus experiencias es única, a la vez, los dolores de los monjes, nos resultan familiares. Son los de todos los hombres. PREMIO CARDENAL LUSTIGER, GRAN PREMIO DE LA ACADEMIA FRANCESA, 2018.