Repasada la nutrida antología de la presencia de la mujer en la Biblia se llega a una primera impresión: son escasas las oportunidades en que esta presencia tiene un valor protagónico. la mujer suele entrar en el relato como "la esposa de", "la concubina de", o también como "la madre de". Sin embargo, la mujer aparece en la historia de la humanidad -tal y como lo cuenta la Biblia- en el momento en que el Creador juzga que la obra humana no le ha quedado perfecta. El hombre solo no tiene futuro. las páginas deesta obra nos servirán para comprender los sinuosos y hasta penosos avatares del protagonismo de esa mujer que le dio como compañera. Hasta que, paso a paso, lleguemos con el texto sagrado a la presencia de María. Con ella, y dentro de la suprema sencillez con que el Evangelio se refiere a la madre de Jesús, se agota la dinámica femenina bíblica y su influencia en la marcha de la humanidad.
<br/
Permíteme, amigo lector, que te haga una sugerencia de cara a su lectura. Te aconsejo que comiences por la voz Profetismo/profetas: hoy. Una voz amplia en extensión y contenido. En ella encontrarás la identidad, la espiritualidad, la grandeza, la temática, las actitudes, los retos, las respuestas, las propuestas, las denuncias, el mensaje del profeta de ayer, pero sobre todo del profeta de hoy. En efecto, el profetismo, la vocación profética no ha muerto con el último de los libros proféticos, Malaquías. Todo cristiano, en razón de su bautismo, ha sido ungido como profeta, sacerdote y rey. En cuanto profeta está llamado a ser luz del mundo como heraldo de la Palabra de Dios; en cuanto sacerdote, a ofrecer su vida por el reino de Dios; y en cuanto rey, a ser señor de lo creado, cuidando de la creación y, especialmente, de su prójimo; y, así mismo, a amar la verdad y la justicia.