Los derechos de las víctimas de abusos sexuales en el proceso penal canónico exigen un diálogo profundo entre las diversas instituciones y las disposiciones canónicas actuales. La justicia requiere que se mantenga y se cumpla un compromiso para defender los derechos de quienes se han visto perjudicados. Se necesitan más cambios en los procesos y nuevos procedimientos, en particular una verdadera voluntad de los líderes de la Iglesia para escuchar las voces de las víctimas. Esta obra, coordinada por Charles J. Scicluna y Myriam Wijlens, y por Daniel Portillo en su versión española, es la conclusión de un seminario organizado por la Comisión Pontificia para la protección de menores, donde sesenta expertos de todo el mundo reflexionaron sobre este tema. El objetivo de este trabajo es ofrecer, además, un análisis comparativo del marco jurídico de distintos países sobre esta delicada cuestión.
Un regreso a la centralidad del fundamento bautismal para la vida de discipulado y de servicio.
El bautismo es la fuente del ministerio presbiteral: de ser bautizado se origina el “servicio" a la comunidad, no el “poder" sobre ella. Este es el asunto del que trata este libro: el sacerdote no es el “jefe" al que los bautizados se sientan subordinados, sino que debe sentirse destinado al sacramento del orden para servir a los bautizados, porque, antes que nada, él también lo es.
Los repetidos escándalos en la Iglesia, que últimamente han salido a la luz, han puesto en el punto de mira el ministerio ordenado y han minado la fe tanto del "pueblo de los creyentes" como del "pueblo de los alejados". Lo más inquietante es darse cuenta de que para algunos clérigos es más fundamental e importante su identidad “sacerdotal” que su radical identidad bautismal. Parece que, a fuerza de gestionar el “bautismo de los otros”, a veces el presbítero corre el riesgo de olvidarse del propio.
Desde el comienzo de su pontificado, Francisco ha puesto nuevamente en el centro el bautismo como base ineludible de cualquier otro llamamiento en la vida de los discípulos. Este regreso a la centralidad del fundamento bautismal representa el lugar fontal de la vida de discipulado y de servicio en la Iglesia.
La editorial PPC presenta ‘Aventuremos la vida’, un libro que, en el marco del Año de la Vida Consagrada convocado por el papa Francisco para este 2015, trata de dar respuestas al futuro de la vida religiosa en forma de tres miradas oportunas y necesarias.
Dolores Aleixandre, las monjas trinitarias de Suesa y el capuchino Víctor Herrero de Miguel firman una obra tan sugerente como sencilla y práctica, con diferentes pistas y pautas de actuación sobre qué es lo esencial de la vida consagrada.
Así, el libro se abre con las páginas de Dolores Aleixandre, religiosa del Sagrado Corazón y reconocida biblista con un desarrollado olfato pastoral. Ella, desde su perspectiva de ser parte de la generación que vivió el antes y el después del Concilio Vaticano II, invita al lector a adentrarse y centrarse en la esencia de la vida religiosa con atención, sencillez, firmeza y paz.
Las monjas trinitarias de la comunidad contemplativa de Suesa (Cantabria) titulan su capítulo del libro: ‘Con T de Trinidad, experiencia de vida comunitaria’. Con un lenguaje fresco y actual, las religiosas comparten sus vivencias sobre cómo “‘comunionar la vida’, honrar las diferencias de las hermanas, confiar plenamente en el bello corazón comunitario donde Dios se manifiesta y caminar hacia adelante unidas, como una piña, porque, ¡por supuesto que se puede ser comunidad!”, aseguran.
Por último, Víctor Herrero de Miguel, capuchino, filólogo y biblista, se vale de su prodigioso conocimiento de literatura y la poesía actual para explicar cómo el religioso, a semejanza del poeta, es el que vive a la vez el centro y la hondura, el peso y lo ligero, quien transita “iluminado por la sombra” y al que le están reservados los márgenes. “La vida religiosa o es poética o no es vida”, señala en sus páginas, que recorre “de la mano de algunos poetas que, con su palabra, nos ofrecerán una mesa, (…) poemas que nutren mi intimidad, en cuya compañía he aprendido a ver más claro y por medio de los cuales se han ido fraguando decisiones importantes. Siento que, compartiéndolos, dejo al descubierto los planos de la casa en la que habito”.
Cada uno de los tres autores aporta además, en sus respectivos capítulos, sugerencias de oración personal y colectiva, pistas de trabajo y puesta en común para reuniones o retiros comunitarios.
Esta obra, que recoge algunos de los muchos comentarios a los textos de los cuatro evangelios publicados por el autor, se titula El camino abierto por Jesús. Está redactada con la finalidad de ayudar a entrar por la senda abierta por Jesús, centrando nuestra fe en el seguimiento a su persona. Un libro que nace de la voluntad de recuperar la Buena Noticia de Jesús para los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
El evangelio de Juan es muy diferente de los relatos evangélicos de Marcos, Mateo o Lucas. Es cierto que encontramos algunas semejanzas importantes, pero el enfoque del escrito, el marco de la actividad de Jesús, su lenguaje y, sobre todo, su contenido teológico le dan un carácter propio. El evangelio de Juan ilumina la persona de Jesús y su actuación con una profundidad nunca antes desarrollada por ningún otro evangelista.
Esta obra, que recoge algunos de los muchos comentarios a los textos de los cuatro evangelios publicados por el autor, se titula El camino abierto por Jesús. Está redactada con la finalidad de ayudar a entrar por la senda abierta por Jesús, centrando nuestra fe en el seguimiento a su persona. Un libro que nace de la voluntad de recuperar la Buena Noticia de Jesús para los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
El evangelio de Lucas es probablemente el más atractivo. El primero que hemos de leer para descubrir con gozo a Jesús, el Salvador enviado por Dios «para buscar y salvar lo que estaba perdido». Al mismo tiempo es el más accesible para captar el mensaje de Jesús como Buena Noticia de un Dios compasivo, defensor de los pobres, curador de los enfermos y amigo de pecadores.