¿Podemos fiarnos de las profesiones de fe cuando no alcanzan el corazón ni se traducen en actos? ¿Existen cristianos anónimos entre los ateos y ateos anónimos entre los cristianos? (J. Guy Saint Arnaud). La fe y la duda andan con frecuencia juntas. Parece que creer y no creer pueden mantenerse juntos; nunca estamos libres de esa amenaza de la no fe.
Cuando de la fe religiosa se trata, nos movemos en un terreno misterioso, que desborda los cálculos y las medidas racionales. Por eso en este ámbito son tan importantes el diálogo, el respeto y la tolerancia. Estas son verdaderamente las actitudes que dejan entreabierta la puerta de la fe para todos los que quieran atravesarla.
La XXII Semana de Teología Pastoral, bajo el título “Revitalizar las comunidades cristianas hoy”, ha querido ubicar el tema en el contexto social, cultural e histórico en el que nos ha tocado vivir, porque estamos convencidos de que este, a pesar de sus dificultades, es ante todo un tiempo de gracia.
¿A qué nos referimos con la expresión “comunidad cristiana"? ¿No la utilizamos demasiado alegremente? ¿Se puede considerar comunidad a un grupo en el que apenas existen relaciones interpersonales? ¿Cómo se pueden animar mutuamente personas que apenas se conocen ni mantienen comunicación personal entre sí?
Ante estos interrogantes, las aportaciones de las distintas ponencias, comunicaciones y trabajos en grupos han dejado claro que solo pequeñas comunidades de rostro humano, en las que la relación y la comunicación entre sus miembros permiten el desarrollo de la vida cristiana, y no únicamente el consumo de servicios religiosos, harán revitalizar de verdad nuestras comunidades. Desde aquí es desde donde aflorarán las responsabilidades compartidas y los ministerios necesarios para la construcción y reconstrucción de la fraternidad, y para el servicio a la humanidad, especialmente a los más débiles.
El mensaje cristiano encuentra dificultades para ser comunicado significativamente en la sociedad actual. La XIX Semana de Teología Pastoral trata de responder a algunos interrogantes abordando el tema «Lenguajes y fe». En esta obra se revisan distintos modos de comunicación que se dan en la Iglesia para detectar los límites y posibilidades de esos lenguajes.
Nuestros lenguajes de comunicación de la fe tienen que asumir, si quieren ser verdaderos, esa universalidad que los puede convertir en vehículos de humanidad al servicio de la causa de la justicia. Tienen que tener como referencia insoslayable, para no falsearse, el lenguaje evangélico del samaritano que nos permite hacernos prójimos, es decir, hermanos, de todos los seres humanos, muy especialmente de los que están tirados en las cunetas de la historia, víctimas del sufrimiento que genera la injusticia.
El objetivo de la presente obra nos lo sugiere su titulo: brindar una breve introducción a quienes se encaran pro primera vez con la teología pastoral y ofrecerles los temas más relevantes de esta parte de la teología. En la teología pastoral cada día hace sentir más fuertemente su presencia la sicología pastoral. El autor incluye un breve discurso sobre esta disciplina.
Teología para la misión hoy ofrece una amplia y profunda perspectiva sobre la misión para el siglo XXI. Stephen Bevans y Roger Schroeder, desde su rico compromiso misionero personal, y a través de un enfoque teológico innovador y sugerente, nos
llevan a constatar que la Iglesia nace de la misión y se va configurando por su fidelidad a la misma.
A lo largo de tiempos y espacios, vamos siendo testigos y compañeros de modelos de misión, agentes protagonistas y personalidades cautivadoras que han encarnado la misión y conformado la Iglesia en los dos mil años de cristianismo.
La consulta inmediata en cuestiones teológicas y pastorales se hace imprescindible. Este diccionario tiene en cuenta estas necesidades y desarrolla de forma sencilla y breve 373 conceptos. AL final de cada uno de ellos tiene una bibliografía básica interdisciplinar en torno a las grandes cuestiones de la acción pastoral.
En un presente de crisis generalizada y de esperanza difusa, las reflexiones que contiene este libro vuelven sobre el aliento de la esperanza cristiana, su arraigo en la fe y su fuerza discreta; recuerdan cómo ha rebrotado en otros momentos y se detienen ante las quiebras de una economía globalizada; atienden a los desafíos de un contexto que cifra sus aspiraciones en la felicidad y parece ajeno a un mensaje de salvación.
Este volumen recoge también experiencias pastorales que, en diversos “lugares de desesperanza”, sostienen “una esperanza que humaniza la dureza de la vida”, como las que están en curso entre minorías o comunidades cristianas en diáspora, en el mundo obrero o rural, en el de la emigración, en un poblado marginal y en derribo, o en medio del ambiente hospitalario.
En estas páginas se puede verificar que “en el mundo tendréis apreturas, pero yo he vencido al mundo” (Jn 16,33), y en ellas asoma asimismo el testimonio de quienes, con una confianza fundamental, luchan “sin dejar que la canción –de la esperanza– se haga ceniza.