La reflexividad es un instrumento indispensable para hacer sociología: consiste en manifestar los propios presupuestos y los propios procedimientos, poniéndolos a disposición del público y de la comunidad científica, y, por eso mismo, haciéndolos criticables. Este libro quiere ser un ejercicio de reflexividad sociológica y al mismo tiempo un reconocimiento de la potencialidad de una disciplina a menudo denigrada. En particular, reconstruyendo los itinerarios pasados y sobre todo contemporáneos, se reitera la capacidad de la sociología de ofrecer instrumentos de autoconocimiento a la cultura de hoy; situándose en la estela de las aproximaciones comprensivas postweberianas y de su giro comunicativo, reivindica para la sociología una responsabilidad social ahora decididamente radicada en su estatuto de ciencia empírica, especialmente si se encuentra cualificada por una metodología centrada en la narración y la escucha. La sociología se propone entonces como caja de resonancia e intérprete de los muchos puntos de vista, como relato de relatos.
La conspiración de los ricos: las 8 nuevas reglas del dinero expone la visión que Robert Kiyosaki tiene sobre la economía global y explora, también, los motivos por los que la sociedad se siente rebasada en la actualidad. En este libro, Kiyosaki ofrece soluciones a los problemas financieros y explica el porqué del caos económico presente —y cómo puede ser eliminado. La conspiración de los ricos: las 8 nuevas reglas del dinero demuestra que el aparente «peor enemigo de todos los tiempos» es, de hecho, una gran oportunidad, un momento para invertir en la educación financiera.
Kiyosaki escribió este libro de forma innovadora: antes de su publicación el borrador fue lanzado online, capítulo por capítulo, posibilitando la retroalimentación con los lectores, cuyos comentarios han sido recogidos en esta edición, el primer proyecto interactivo auténtico de esta naturaleza.
El Máster en Administración de Empresas que estudié te entrena para hacerte cargo de una empresa, no de tu vida.
—Laura, Scottsdale, Arizona.
Si no conoces las reglas, siempre perderás.
—Giachino, Lawrenceville, Georgia.
El único cambio en que puedes confiar es aquél que surge de uno mismo.
—Jeffrey, Grass Lake, Michigan.
Nunca, ni con tanta fuerza, nuestra sociedad reivindicó para sus miembros el derecho a la diferencia: diferencia de gustos, de culturas y de valores, diferencia de opciones de vida, de formas de amar, de modelos de familia... Nunca, sin embargo, el acceso a una verdadera diferencia ha sido tan difícil. Vivimos en la estela de las aspiraciones fusionales de mayo del 68. Rechazo de la función del padre, insuficiencia de la relación educativa, interioridad en crisis, retorno de los miedos primitivos, son muchos los síntomas de lo que elabora poco a poco una sociedad indiferenciada en la que los roles y los espacios se confunden. El adulto juega a ser niño, la figura paterna desaparece tras la materna, la violencia se banaliza, la intimidad está a la vista de todos, el imaginario sustituye a la realidad, y la sexualidad se dispersa en múltiples orientaciones.
¿De dónde viene el que nuestra sociedad valore tendencias sexuales parciales hasta querer inscribirlas en la ley? ¿Por qué deplora la falta de puntos de referencia que ella misma ha contribuido a hacer desaparecer?
Reconocer la diferencia implica aceptar la diferencia de sexos, de generaciones y de roles en el seno de la familia. Reconocer al otro no es aceptar todo lo suyo ni animarlo en sus conflictos psíquicos, es permitirle efectuar una paciente elaboración personal al final de la cual pueda experimentar una cierta libertad. Mayo del 68 no ha liberado a nadie. No es tiempo de nostalgia.
¿Qué es Facebook? ¿Y Tuenti? ¿Por qué no entiendo nada de este mundo digital que a mi hijo domina? Estas y otras cuestiones, se resolverán en estas páginas escritas de modo divulgativo.
Consciente de la urgencia por educar a los hijos "constantemente" conectados a la red, el autor escribe este libro con la intención de ayudar a los padres en esta tarea. Fruto de su propia experiencia como padre y periodista, en estas líneas se abordan de manera eficiente las claves para educar en la era digital.