La figura de un gigante como Aristóteles (384 a. C. - 322 a. C.) es insoslayable en el pensamiento occidental, tanto en su vertiente filosófica como científica. Ha sido un referente a lo largo de los siglos en unsorprendente número de campos del saber: política, ética, lógica, retórica, biología, meteorología, etc., y en más de un caso fue él quien sentó las bases para el desarrollo de estas disciplinas. Su obra es abundante (entre 139 y 192 tratados) y casi inabarcable en cuanto a contenido. La pregunta no es si el alma existe o no, sino «a qué géneropertenece y qué es el alma». A partir de aquí, Aristóteles desarrolla, a lo largo de los tres libros que componen la obra, una teoría nueva y vigorosa acerca del alma alejada de las especulaciones anteriores, aunque no exenta deambigu¿edades internas.
Discípulo de Platón, Aristóteles (384-322 a.C.) es considerado como uno de los mayores genios de Occidente y su filosofía marcó indeleblemente no sólo la historia intelectual del mundo cristiano (el movimiento escolástico es sólo un ejemplo de su influencia), sino también el pensamiento medieval judío y musulmán. En la “Metafísica” Aristóteles rebate la teoría platónica de las Ideas y expone su propio concepto de las realidades suprasensibles, en el cual convergen ontología y teología; la fusión de ambas, denominada por el autor “filosofía primera”, es el tema de esta obra que contiene algunas de las más fecundas y seminales ideas aristotélicas.
Introducción y traducción María Luisa Alía Alberca
Técnica del arte de hablar encaminada prioritariamente a persuadir al otro, la Retórica nació y se perfeccionó en una sociedad como la griega antigua, de carácter y sistema político predominantemente orales, y para la cual el dominio de la palabra era una necesidad práctica. Aunque inscrito dentro de una tradición anterior, el tratado que a ella dedicó Aristóteles se apartó, sin embargo, tanto de caminos trillados como de una retórica de corte más sofístico, para llegar a constituir, lindando los campos de la ética, la política y la dialéctica, un texto no sólo orientado a conseguir la persuasión, sino a evaluar la realidad y a tomar las decisiones más correctas.
Introducción y traducción de Alberto Bernabé
La figura de un gigante como Aristóteles (384 a. C. - 322 a. C.) es insoslayable en el pensamiento occidental, tanto en su vertiente filosófica como científica. Ha sido un referente a lo largo de los siglos en un sorprendente número de campos del saber: política, ética, lógica, retórica, biología, meteorología, etc., y en más de un caso fue él quien sentó las bases para el desarrollo de estas disciplinas. Su obra es abundante (entre 139 y 192 tratados) y casi inabarcable en cuanto a contenido. Acerca del alma es un tratado acerca de los seres vivos, acerca de aquelloque diferencia los vivientes de los no-vivientes. La pregunta no es si el alma existe o no, sino «a qué género pertenece y qué es el alma». A partir de aquí, Aristóteles desarrolla, a lo largo de los tres libros que componen la obra, una teoría nueva y vigorosa acerca del alma alejada de las especulaciones anteriores, aunque no exenta de ambigüedades internas. «Solamente el Fedón de Platón podría, tal vez, compararse con este tratado en cuanto a su transcendencia histórica en relación con el tema del alma». Tomás Calvo Martíne
Figura capital del pensamiento filosófico de Grecia junto con Platón, su maestro, ARISTÓTELES (384-322 a.C.) fue autor de una vasta obra que abarcó desde la lógica y la metafísica a la biología y las ciencias naturales, pasando por la retórica, la poética, la política y la ética. Conjunto de recomendaciones dirigidas en un principio a la educación de su hijo, su ÉTICA A NICÓMACO -cuya traducción, así como introducción y notas, corren a cargo de José Luis Calvo Martínez- plantea y trata esencialmente la cuestión de cómo debe el ser humano ordenar su conducta para alcanzar la felicidad. Según Aristóteles, además de las virtudes o facultades intelectuales específicas del hombre, existe una capacidad complementaria o virtud moral basada en tres pilares -la naturaleza (physis), la costumbre (ethos) y la razón (lógos)- que debe ser, en definitiva, su pauta de conducta.
Parece claro que la felicidad es el fin último al que aspira la vida humana. Pero ¿cuál es la verdadera esencia de la felicidad? A esta espinosa cuestión se enfrenta Aristóteles (384 - 322 a. C.) en la Ética a Nicómaco. Entre los muchos valores que es posible atribuir al filósofo de Estagira (Macedonia) se cuenta este texto, sin duda el más influyente y elaborado de sus escritos sobre ética. Resultado de la selección realizada por su hijo Nicómaco con las notas que el propio autor utilizaba para sus lecciones en el Liceo, la obra resume las claves de la reflexión moral de su autor. Y aún más meritorio es el hecho de haber sido él quien, por vez primera en la literatura universal,aborda la disciplina como rama filosófica independiente. Para Aristóteles, la ética, ciencia de los hábitos y el carácter, no es un saber meramente teórico, sino que despliega una dimensión práctica en la búsqueda de la virtud, el bien más preciado por ser patrimonio del alma. «La mayoría de los temas que la filosofía posterior a Aristóteles va a estudiar cuando intenta reflexionar sobre el amor y la amistad, han sido analizados o descritos en estas páginas esenciales de la cultura griega. En ellas descubrimos el territorio humano, desfigurado tantas veces por los estereotipos humanistas, sobre el que se asienta toda la obra de Aristóteles»
Compuesta entre el 330 y el 323 a.C., la POLÍTICA se puede considerar en lo esencial como una de las últimas obras de ARISTÓTELES (384-322 a.C.). En ella, el que fuera preceptor de Alejandro Magno y discípulo de Platón se erige en defensor de la «polis» tomando en consideración sus posibilidades históricas y sus grandes realizaciones civilizadoras. Frente al desarraigo y exacerbado individualismo dominantes en la Grecia de la época, y contra los que creen en el buen salvaje, Aristóteles hace hincapié en el carácter social del hombre -definido como «animal cívico»- y en el fundamento natural de la ciudad -anterior por naturaleza a la familia y aun a cada individuo-, valorándolos como un logro insuperable de la civilización griega frente a las rudas formaciones políticas de las tribus bárbaras.