Esta obra presenta y discute un buen número de prácticas terapéuticas que pueden contribuir a acortar la psicoterapia e incluso, en general, a hacer más breve cualquier intervención psicosocial. Pretende ser, en cierto sentido, una especie de Rayuela, la genial novela de Cortázar, porque puede leerse sin seguir un orden establecido, en función del interés del lector. Cada capítulo es autónomo y ofrece técnicas que pueden utilizarse de manera independiente. Esta estructura responde a la convicción de que la totalidad de los procedimientos descritos, pese a pertenecer a la tradición de la terapia sistémica breve, son perfectamente extrapolables al trabajo de terapeutas de otras orientaciones y modelos. Sin embargo, puede leerse también de forma tradicional, como un verdadero manual de terapia sistémica breve, y más concretamente de terapia breve integrativa, con un componente fundamental centrado en las soluciones.
El autor ha buscado la sencillez en la exposición y la claridad en el planteamiento de los conceptos. Detalla en cada capítulo en qué consisten las técnicas presentadas, para qué pueden servir y qué conviene tener en cuenta a la hora de utilizarlas, y se sirve de un sinfín de ejemplos de casos para ilustrar lo expuesto, al mismo tiempo que lo acompaña de las investigaciones al respecto.
A lo largo de sus 25 años de experiencia como terapeutas familiares, Mark Beyebach y Marga Herrero de Vega han comprobado una y otra vez hasta qué punto los padres se esfuerzan por educar bien a los hijos, por criar personas cariñosas y honestas, ciudadanos responsables y solidarios. Pero también han observado que a menudo esas mismas buenas intenciones terminan llevando a patrones de interacción contraproducentes, que en realidad contribuyen a que esos hijos e hijas se conviertan primero en niños caprichosos, después en adolescentes déspotas y finalmente en verdaderos tiranos.
El objetivo de este libro es precisamente señalar y describir esos patrones perjudiciales, no con la idea de culpabilizar a los padres, sino con la intención de ayudarles a que los identifiquen y puedan romper con ellos. Los autores han querido que el resultado fuera provocador y ameno, y por eso han decidido escribirlo de forma paradójica, recurriendo a un tono desenfadado e irónico y presentándolo como un conjunto de recomendaciones concretas y operativas para educar hijos tiranos.