La merecida fama de brillantez intelectual y elegancia literaria de Josep Ratzinger no se limita a su admirada obra teológica, sino que se pone de manifiesto también, de forma muy significativa, en lo que ha constituido su principal modo de dirigirse al pueblo de Dios durante su pontificado: sus homilías. Constructor de Iglesia y acérrimo defensor de sus cimientos, como sus maestros en la fe san Pablo y san Agustín, Benedicto XVI, según lo que nos revela el presente volumen de Ediciones Cristiandad, ha cuidado con detalle cada párrafo de sus homilías, consciente, sin duda, de que terminarían siendo referencias del pensamiento católico contemporáneo.