Los monjes han desempeñado un papel decisivo en la concepción de la vida espiritual en las Iglesias de Oriente. Desde su origen la vida monástica fue la imagen de la vida cristiana auténtica. Su valiente huida del mundo, su ascesis rigurosa, su trabajo, todo esto tiende hacia la meta misma del bautismo: purificar en el hombre la imagen de Dios para vivir en Cristo por obra del Espíritu hasta alcanzar la plena divinización. El Monacato en el Oriente Cristiano forma parte, junto con la Espiritualidad del Oriente Cristiano y la Oración en la tradición del Oriente Cristiano, de la trilogía de P. Spidlík sobre la espiritualidad del cristianismo oriental.