Haciendo balance de la actual situación de la vida consagrada, este documento invita a todos los religiosos a insertar el Espíritu en el centro de su vida personal y comunitaria: Caminar desde Cristo, poner la vida en el Espíritu en el centro de la propia vida, abrirse a la espiritualidad de comunión; lanzarse a los caminos de la misión...son invitaciones centrales de la Instrucción a los religiosos.