Pablo Domínguez Prieto si trovava a Tulebras (in Navarra) a predicare gli "Esercizi spirituali" alle monache cistercensi quando trovò la morte mentre si dedicava a una delle sue grandi passioni: l'alpinismo. Il Moncayo, il monte che domina tutta la valle, diventa inconsapevolmente metafora della vita dell'uomo, che deve scalare ogni giorno le montagne che Dio costruisce per consentirgli di arrivare fino in cima, cioè in cielo. Questo lavoro è composto dalla rielaborazione delle parole di don Pablo che le monache poterono sentire quasi fossero il suo testamento spirituale. Parla di temi complessi come la Parola, la vita, la morte e le difficoltà della vita in cui anche un buon cristiano inciampa, affrontati con l'ironia e l'umorismo che da sempre hanno caratterizzato la sua persona e l'hanno resa tanto amata dalle persone che incontrava. Pablo ci ha lasciato la migliore eredità che si possa lasciare a una famiglia: la sua fede allegra e fiduciosa; la sua speranza entusiastica; il suo amore senza limiti per Cristo e per la sua Chiesa.
Pablo Domínguez Prieto dirigió los Ejercicios espirituales de las monjas cistercienses de Tulebras (Navarra), durante ocho días hasta el mismo día de su muerte, mientras realizaba el descenso del Moncayo. Esta obra recoge por escrito las conferencias íntegras que, de viva voz, pudieron escuchar, casi a modo de testamento espiritual, aquellas hermanas. En ellas se reflexiona sobre la Palabra, la vida, la muerte y otros temas espirituales dirigidos expresamente a la vida en comunidad, pero también se abordan las dificultades concretas con las que solemos tropezarnos muchos cristianos a la hora de vivir nuestra fe, siempre con el toque de ironía y buen humor que caracterizaba la extraordinaria personalidad de su autor.
Pablo Domínguez Prieto recorre en estos Ejercicios espirituales el Padrenuestro y nos lleva a saborear "la oración de las oraciones". Hace que entremos y metamos el corazón y la razón en toda la riqueza que encierra la oración que Cristo enseñó a sus discípulos. Esta obra está íntimamente ligada a su testamento espiritual, Hasta la cumbre. Ambos libros póstumos son la transcripción de unos Ejercicios espirituales y expresan una misma situación interior y biográfica. Estos Ejercicios fueron dirigidos a un grupo de sacerdotes en Colombia en enero de 2009, veinticinco días antes de su muerte en el descenso del Moncayo.
Esta obra es una auténtica e innovadora «Summa logicae». Lo que empezó como un proyecto de redacción de un manual, tras varios años de trabajo, ha terminado siendo un tratado novedoso de gran calado filosófico. Si bien presenta de una forma clara, amena y ordenada ―que agradecerán los estudiantes― la lógica del concepto, del juicio y del razonamiento, la lógica de enunciados, predicados y clases o la logística no clásica, terminando con una cumplida explicación de la metalógica, no se trata de una mera obra expositiva. Sorprende el autor con una aportación original y radical en el panorama filosófico, pues no se refiere a la lógica al modo aristotélico, como mera ciencia auxiliar y propedéutica, sino que sitúa la Ciencia del Logos en el corazón de la filosofía, como privilegiado acceso al problema del conocimiento y del ser. La articulación entre lógica, en este sentido radical, con la gnoseología y la ontología late en cada página. Y desde esta articulación, hecha en clave realista, dialoga con originalidad y hondura con la filosofía de la ciencia, con la hermenéutica o la lingüística. Además, ofrece esta obra otra virtualidad más profunda, original del autor: la apertura del logos al Logos, la lógica como dintel de entrada firme y seguro al problema filosófico de Dios.
Pablo Domínguez Prieto (Madrid 1966-Tarazona 2009), sacerdote de la archidiócesis de Madrid, fue doctor en Filosofía y en Teología. También fue decano de la Facultad de Teología «San Dámaso» de Madrid y catedrático de Teoría del Conocimiento y Lógica. Su actividad docente, sus diez libros publicados y sus innumerables artículos no fueron óbice para desarrollar una amplia e intensa tarea pastoral, que sentía como vocacional, con sacerdotes, consagrados y laicos.