Las cartas de Pablo reflejan sus apasionadas relaciones con las comunidades griegas. Una teología de la Iglesia se construye al hilo de sus situaciones. En una relectura de las cartas a los Gálatas, a los Tesalonicenses y a los Corintios (del propio Pablo), y después de las cartas a los Colosenses y a los Efesios (redactadas por sus discípulos), destacan elementos cuya actualidad no escapará a nadie: llamada de Dios, comunidad cuya vida es modelo para los paganos, reunión en torno a la palabra de la cruz, nociones de “templo” de Dios, “cuerpo” de Cristo animado por el Espíritu Santo...