El cristianismo no es una mera oferta de ideas, por muy elevadas que puedan parecer. Tampoco es solo un estilo de vida, una colección de valores o una propuesta moral. La fe cristiana contiene todo eso, pero no consiste en eso. Hay algo más profundo, personal, que está en el centro de la vida del cristiano. El centro lo ocupa una persona: Jesucristo. Esta convicción recorre la obra entera de Romano Guardini. Estás páginas estudian, sintéticamente, a través de sus textos, esta idea central inspiradora de su pensamiento.