La actual crisis financiera no sólo manifiesta la insensibilidad de los mercados, sino que acentúa la inconsistencia de la política, la debilidad de lo social y la degradación de lo humano. Acertadamente Benedicto XVI exclama que la cuestión social se ha convertido hoy en una cuestión antropológica y que, más que nunca, “el anhelo del cristiano es que toda la familia humana pueda invocar a Dios como Padre nuestro”. Desde El Salvador, uno de tantos países olvidados, Jon Sobrino reivindica durante decenios este anhelo profético-utópico, sensible a las devastadoras consecuencias de la globalización neoliberal para la familia humana y consciente de la aportación evangélica para revertir las reinantes crisis de inhumanidad y desfraternización. El presente estudio analiza la expresa preocupación antropológica y social del autor ante tal situación y desarrolla su propuesta de solución desde los gérmenes de humanidad y de fraternidad enunciados en el mensaje del Reino y patentes en la manera de vivir ya como resucitados en la historia, bajando de sus cruces a los aún crucificados.
Enrique Gómez García, religioso agustino recoleto, cursó sus estudios teológicos en el Instituto Teológico de San Esteban y en la Universidad Pontificia de Salamanca, por la que se licenció y doctoró en Teología Dogmática. De 2002 a 2006 impartió Historia de la filosofía española en el Instituto antes referido. Actualmente preside el Instituto de Espiritualidad e Historia de su Orden, forma parte del consejo de redacción de las revistas Estudios Trinitarios y Recollectio, y desempeña labores educativas entre adolescentes y jóvenes. Ha publicado en diversas revistas artículos centrados en el pensamiento agustiniano y en la teología de la liberación, así como un buen número de reseñas bibliográficas. También es autor de dos pequeñas guías dirigidas al público adolescente y juvenil: Vivir desde la humanidad, Centro de Estudios y Publicaciones, Lima 2002; y Jesús entre los jóvenes, publicado en nuestra editorial Secretariado Trinitario el año 2003.