La difícil situación económica que están viviendo las familias en el mundo actual reclama una nueva reflexión de lo que culturalmente se entiende por trabajo en el hogar o doméstico. El Magisterio de la Iglesia Católica ha señalado con claridad la importancia y dignidad de la mujer-madre que dedica su tiempo al cuidado de su hogar y a la educación de sus hijos, sin dejar de promover la participación activa del hombre-padre en lo que se puede identificar como el «trabajo profesional» por excelencia. Merecedor del más alto reconocimiento social, cultural y económico, el trabajo en el hogar tiene una importancia radical en el desarrollo de la persona humana, y poco a poco comienza a tener prestigio en algunos círculos académicos, movimientos sociales de alto impacto, e incluso en los medio de comunicación. Veremos por qué.
Cuando Karol Wojtyla abordó el tema de la paternidad lo hizo considerando el público tan diverso que lo leía y escuchaba. Sus escritos académicos y divulgativos reflejaron en todo momento el profundo interés pastoral que el sacerdote polaco sintió por los jóvenes universitarios que lo seguían. Siempre tuvo un gran afán de dar respuestas concretas a la problemática social y cultural que acosó a los matrimonios y familias de su época. Quizás esta puede ser considerada la característica principal que distingue a Wojtyla como un autor de forzosa consulta en relación a la crisis familiar que parece abrasar a Occidente. La paternidad en el pensamiento de Karol Wojtyla es un análisis de los principales escritos de uno de los máximos defensores de la institución familiar en el siglo XX, que puede servir de guía para aquellos interesados en restituir la dignidad del padre y de la madre en el centro de la vida familiar y social.