Si los evangelios son «el corazón de todas las Escrituras» (Catecismo de la Iglesia Católica,n. 125), el de Juan es como la cumbre de los cuatro, a la que se asciende tras la lectura de los sinópticos y desde la que se contempla y comprende en profundidad los otros evangelios y escritos neotestamentarios. La tradición también ha atribuido a Juan otros cuatro libros -tres cartas y un escrito de carácter profético, el Apocalipsis-, que completan el conjunto de escritos joánicos. Las «cartas católicas», las de Pedro, Santiago y Judas -además de las de Juan-, recogen y trasmiten la tradición apostólica en época de expansión y consolidación de la doctrina.