El autor expone, en un estilo asequible y cálido, los diversos aspectos de un tema hermoso y fundamental de la doctrina cristiana: la filiación divina. Parte del concepto de filiación para desembocar en la exigencia del cumplimiento heroico de la voluntad de Dios, que presupone una confianza ilimitada en su sabiduría y bondad. El hijo no duda de su padre en ningún momento. Y a los hijos de Dios les ocurre igual: sienten la benéfica proximidad del Padre; les basta saber que está con ellos.
La confianza en el Señor requiere abandonar en sus manos los proyectos y deseos, pues los hijos de Dios saben muy bien que Él es infinitamente santo y justo, bueno y sabio.
Joseph Lucas nació en diciembre de 1875 en Denzer (Alemania), y murió el 20 de marzo de 1949, en Limburg, después de una larga enfermedad.
Entre 1901 y 1915 se consagró a la formación de las nuevas generaciones de religiosos, y durante la Guerra Europea fue director espiritual del Hospital Militar de Coblenza. Después, por poco tiempo, como misionero popular predicó desde el púlpito a miles de personas.
Dirigió varias revistas y fue autor de muchos libros religiosos, cuyas altas tiradas muestran que había acertado en el tono que llega a los corazones. Sus libros son fruto de su amoroso conocimiento del alma humana en su búsqueda de Dios y del bien: de sus derrotas y privaciones, de las victorias y las esperanzas de esa alma.