Las relaciones entre la mente humana y su sustrato físico, el cerebro, constituyen un misterio que, aún hoy, se plantea con una fuerza e interés renovado. Los increíbles avances en el conocimiento de la actividad cerebral proporcionado por la moderna Neurociencia ha hecho pensar a algunos que este misterio se encuentra a las puertas de su resolución. ¿Es esto cierto y en qué sentido? ¿Pueden las neurociencias dar vía libre a la explicación materialista que reduce la mente al cerebro o sucede más bien lo contrario? A su vez, la emergencia de la nueva disciplina de la inteligencia artificial ha replanteado los términos del problema postulando un nuevo tipo de mente no conectada con el cerebro humano que, en la versión radical de la cibernética punk, permitiría afirmar que, a finales del siglo, el pensamiento humano y la inteligencia artificial se habrán fundido y los ciberorganismos resultantes de la fusión controlarán las sociedades. La complejidad y novedad de las cuestiones en juego requería una difícil puesta a punto de este antiguo problema que ha sido abordada con eficacia por Diego Martínez Caro que, en este texto, expone con rigor y amenidad los últimos avances científicos al mismo tiempo que proporciona una interpretación antropológica. Diego Martinez Caro es Profesor Honorario de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra y autor de numerosas publicaciones científicas y de divulgación de la Ciencia.
Este libro es un intento de responder al interrogante que había lanzado T.S. Eliot: ¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido con el conocimiento? Trata de un debate muy actual en el que muchos pretenden establecer una incompatibilidad entre la creencia en Dios –la Fe en lo sobrenatural– y la Ciencia. Para ello, se han seleccionado los grandes problemas que la Ciencia nos plantea en relación con la trascendencia, y se los ha considerado desde una perspectiva creyente. Como dice el autor, la Religión no es un instinto destructor como pretenden los «nuevos» ateos, ni una máquina para fabricar solidaridad social, impresa en el genoma humano como si se tratara de un gen específico, el gen de Dios. No es algo que hacemos los hombres. Su dimensión esencial es cosa de Dios. Al examinar las relaciones entre Ciencia y Religión, el autor se detiene en un examen detallado del problema del Mal en el mundo, que ha sido piedra de toque para la fe o la increencia de muchos científicos.