Este libro está concebido como una ayuda para quienes se adentran en el estudio y la explicación de las ciencias teológicas.
Estudiar y dar clase de teología es una tarea que compromete a la persona entera y, desde el punto de vista intelectual, exige un gran esfuerzo. Además del esfuerzo por captar los conceptos propiamente teológicos, se requiere conocer con precisión muchos otros conceptos que, por su naturaleza, pertenecen a otras áreas del saber en las que son estudiados formalmente. Si toda ciencia necesita de conocimientos tratados en toros lugares, esto sucede de forma particularmente frecuente en los estudios teológicos. La teología es considerada ciencia suprema precisamente por ir al fundamento y razón de todas las cosas.
La estructura de este libro, pensada para quienes se adentran en la aventura teológica, es bien sencilla: primero se habla de qué es la teología y de su unidad. Conviene insistir es esto ya desde el principio: la teología es un saber unitario. Antes que un conocimiento especializado, la teología es visión universal sobre le misterio de Dios revelado en Cristo. No se puede ser buen teólogo, si junto, a la especialización en una determinada cuestión o área no se tienen interés por el resto de las cuestiones de las áreas de estudio, y si no se poseen los conocimientos esenciales de ellas.
Tras esta primera parte, se ofrece una presentación de la lógica que da unidad al plan de los estudios teológicos tal y como corresponde al Primer Ciclo.
Finalmente, y como un prontuario, se ofrece un elenco de los conceptos más usados en los diversos tratados teológicos, especialmente los conceptos filosóficos, anotando con frecuencia en qué sentido preciso son utilizados en los diversos tratados de teología.