Data di pubblicazione: Dicembre 2010
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Uno de los principales testimonios de la Iglesia del silencio, que sufrió la terrible opresión del comunismo con la connivencia de muchos intelectuales occidentales.
Las Memorias del Cardenal Mindszenty constituyen uno de los testimonios más dramáticos sobre medio siglo de historia de Europa. Primado de Hungría, enfrentado a los alemanes y a los colaboracionistas de Horthy, se convirtió, a partir de la ocupación soviética, en el defensor obstinado de los valores de la Iglesia húngara. Condenado a prisión en 1949, fue torturado repetidamente y sometido a un proceso farsa, todo ello con el intento de plegar su voluntad a los deseos de los comunistas. Fue liberado durante la revolución de 1956 y estuvo refugiado en la embajada de los Estados Unidos hasta 1971, momento en el que tuvo que exiliarse a raíz del comienzo de la Ospolitik, hecho que le causó un gran dolor.
Mindszenty es uno de los principales testimonios de la Iglesia del silencio, que sufrió la terrible opresión del comunismo con la connivencia de muchos intelectuales occidentales.
La lectura de esta obra nos presenta a un Obispo que debe su única fidelidad a Jesucristo y a la Iglesia y que, por ello, está dispuesto a sufrir las mayores penalidades: "Cuando se ha traspasado la sesentena, llega la hora de escribir las memorias si se tiene algo que decir al mundo. Por lo que a mí respecta, lo que me hace coger la pluma son los destinos de mi patria y su Iglesia. No puedo, por desgracia, ser "laudator temporis acti" como otros hombres afortunados. En mis recuerdos, el dolor y la forzada pasividad ocupan la mayor parte de mis años. Como el paciente Job, sometido a tan duras pruebas, durante un tenebroso período de mi vida se abatió sobre mí la desdicha. Por ello, no voy a relatar tan solo lo edificante, tan solo lo satisfactorio; relataré cosas de la vida, de cuántos pesares pero también cuántos consuelos contiene, hablaré, dicho en breves palabras, de la verdad".
József Mindszenty (1892-1975) nació en Hungría, fue ordenado sacerdote en 1915, nombrado obispo de Verzprém en 1944 y elevado a la Sede Primada de Hungría en 1945. Al año siguiente fue creado cardenal. Inició su vida sacerdotal como vicario en una parroquia. Fue detenido durante el régimen de Bela Kun en 1919 y, posteriormente, durante la ocupación alemana por su defensa de la prensa de inspiración católica. En 1948, a raíz de la publicación de una pastoral en la que denunció los abusos producidos por la invasión soviética, volvió a ser detenido. Sometido a proceso, se trató por todos los medios de arrancarle una confesión, pero negó todos los cargos que le imputaron y dio por "nulas y sin valor todas las posibles declaraciones" en las que se reconociera culpable. Fue condenado en 1949 a cadena perpetua. Liberado en los días del alzamiento húngaro de 1956, pidió libertad para la Iglesia y el establecimiento de un régimen democrático.
Al fracasar la revolución se refugió en la embajada de U.S.A. Repetidas veces se negó a abandonar Hungría mientras el gobierno húngaro no retirase las acusaciones calumniosas y le reconociese como Primado de Hungría. Finalmente, en septiembre de 1971 se trasladó a Roma. Murió en 1975.
Uno de los principales testimonios de la Iglesia del silencio, que sufrió la terrible opresión del comunismo con la connivencia de muchos intelectuales occidentales.
Las Memorias del Cardenal Mindszenty constituyen uno de los testimonios más dramáticos sobre medio siglo de historia de Europa. Primado de Hungría, enfrentado a los alemanes y a los colaboracionistas de Horthy, se convirtió, a partir de la ocupación soviética, en el defensor obstinado de los valores de la Iglesia húngara. Condenado a prisión en 1949, fue torturado repetidamente y sometido a un proceso farsa, todo ello con el intento de plegar su voluntad a los deseos de los comunistas. Fue liberado durante la revolución de 1956 y estuvo refugiado en la embajada de los Estados Unidos hasta 1971, momento en el que tuvo que exiliarse a raíz del comienzo de la Ospolitik, hecho que le causó un gran dolor.
Mindszenty es uno de los principales testimonios de la Iglesia del silencio, que sufrió la terrible opresión del comunismo con la connivencia de muchos intelectuales occidentales.
La lectura de esta obra nos presenta a un Obispo que debe su única fidelidad a Jesucristo y a la Iglesia y que, por ello, está dispuesto a sufrir las mayores penalidades: "Cuando se ha traspasado la sesentena, llega la hora de escribir las memorias si se tiene algo que decir al mundo. Por lo que a mí respecta, lo que me hace coger la pluma son los destinos de mi patria y su Iglesia. No puedo, por desgracia, ser "laudator temporis acti" como otros hombres afortunados. En mis recuerdos, el dolor y la forzada pasividad ocupan la mayor parte de mis años. Como el paciente Job, sometido a tan duras pruebas, durante un tenebroso período de mi vida se abatió sobre mí la desdicha. Por ello, no voy a relatar tan solo lo edificante, tan solo lo satisfactorio; relataré cosas de la vida, de cuántos pesares pero también cuántos consuelos contiene, hablaré, dicho en breves palabras, de la verdad".
József Mindszenty (1892-1975) nació en Hungría, fue ordenado sacerdote en 1915, nombrado obispo de Verzprém en 1944 y elevado a la Sede Primada de Hungría en 1945. Al año siguiente fue creado cardenal. Inició su vida sacerdotal como vicario en una parroquia. Fue detenido durante el régimen de Bela Kun en 1919 y, posteriormente, durante la ocupación alemana por su defensa de la prensa de inspiración católica. En 1948, a raíz de la publicación de una pastoral en la que denunció los abusos producidos por la invasión soviética, volvió a ser detenido. Sometido a proceso, se trató por todos los medios de arrancarle una confesión, pero negó todos los cargos que le imputaron y dio por "nulas y sin valor todas las posibles declaraciones" en las que se reconociera culpable. Fue condenado en 1949 a cadena perpetua. Liberado en los días del alzamiento húngaro de 1956, pidió libertad para la Iglesia y el establecimiento de un régimen democrático.
Al fracasar la revolución se refugió en la embajada de U.S.A. Repetidas veces se negó a abandonar Hungría mientras el gobierno húngaro no retirase las acusaciones calumniosas y le reconociese como Primado de Hungría. Finalmente, en septiembre de 1971 se trasladó a Roma. Murió en 1975.