Elredo enseñó lo que vivió. Como monje se entregó con todo su ardor a vivir el ideal monástico tal como lo encarnaba la joven familia Cisterciense. Y como abad tuvo siempre una conciencia muy clara y un propósito firme de edificar a sus hermanos. Los más de 180 sermones que nos han llegdo de él son un testimonio fehaciente de su celo pastoral.
Elredo quiere que la vida entera de cada monje y de la comunidad como tal, sea una constante iniciación en Dios contemplando y encarnando a Cristo paso a paso y día tras día.. Y desde esa clave tiene perenne actualidad práctica su enseñanza, que no es una simple doctrina de hace nueve siglos, sino una experiencia que compromete y llena toda una vid
Elredo, en su misión de abad impartió con abundancia una sana doctrina bíblica y litúrgica a sus monjes, sobre todo con motivo de las celebraciones de la liturgia. Sus sermones rezuman sencillez y delicadeza, y a la vez trasparentan un gran sentido psicológico, que capta los sentimientos del auditorio al que se dirige. Esta primera serie que ahora presentamos corresponde a la Colección llamada de Claraval, de la que ofrecemos una nueva versió