Data di pubblicazione: Marzo 2013
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En estas páginas se nos ofrece una visión, completa y sistemática, del trabajo de promoción y defensa de la libertad religiosa realizado por la Santa Sede en la Organización de Naciones Unidas desde 2005, durante el pontificado de Benedicto XVI. En su condición de Observador no miembro, la Santa Sede promueve en toda ocasión el respeto a una libertad que se sitúa en el centro de los derechos humanos y la colaboración entre los Estados para asegurarla. Cuando es necesario, también alza su voz para denunciar los abusos. "En ciertos países -ha recordado Benedicto XVI-, sobre todo occidentales se difunde un sentimiento de hostilidad, por no decir menosprecio, hacia la religión, en particular hacia la religión cristiana". En el Prólogo, Mons. Tomasi, Nuncio en las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en Ginebra, advierte que "no hay contradicciones entre derechos humanos, libertad de religión y práctica religiosa (...) Ante la cultura occidental focalizada sobre el individuo, será oportuno ampliar la reflexión internacional sobre el aspecto comunitario de la libertad de religión, lo que conduce al derecho a la libertad de expresión y de reunión", porque "el derecho a la libertad de religión favorece el bienestar del individuo y de la sociedad". Alfonso Riobó, director de la revista mensual, sobre la Iglesia y la cultura, Palabra, es sacerdote, doctor en Derecho, y ha estudiado Ciencias Políticas y Filosofía. Es autor de diversos trabajos relacionados con los aspectos de la libertad religiosa, principalmente desde la perspectiva de la legislación estatal acerca del fenómeno religioso.
En estas páginas se nos ofrece una visión, completa y sistemática, del trabajo de promoción y defensa de la libertad religiosa realizado por la Santa Sede en la Organización de Naciones Unidas desde 2005, durante el pontificado de Benedicto XVI. En su condición de Observador no miembro, la Santa Sede promueve en toda ocasión el respeto a una libertad que se sitúa en el centro de los derechos humanos y la colaboración entre los Estados para asegurarla. Cuando es necesario, también alza su voz para denunciar los abusos. "En ciertos países -ha recordado Benedicto XVI-, sobre todo occidentales se difunde un sentimiento de hostilidad, por no decir menosprecio, hacia la religión, en particular hacia la religión cristiana". En el Prólogo, Mons. Tomasi, Nuncio en las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en Ginebra, advierte que "no hay contradicciones entre derechos humanos, libertad de religión y práctica religiosa (...) Ante la cultura occidental focalizada sobre el individuo, será oportuno ampliar la reflexión internacional sobre el aspecto comunitario de la libertad de religión, lo que conduce al derecho a la libertad de expresión y de reunión", porque "el derecho a la libertad de religión favorece el bienestar del individuo y de la sociedad". Alfonso Riobó, director de la revista mensual, sobre la Iglesia y la cultura, Palabra, es sacerdote, doctor en Derecho, y ha estudiado Ciencias Políticas y Filosofía. Es autor de diversos trabajos relacionados con los aspectos de la libertad religiosa, principalmente desde la perspectiva de la legislación estatal acerca del fenómeno religioso.